Hoy les presento a otro de esos seres que han pasado a formar parte de la mía vida hace relativamente poco. Ella es Marta y, el otro día, se convirtió en la Abeja Maya. Según la profecía, este pequeño ser inquieto y preguntón deberá cuidarme. Así que, ya saben, aquel/la que se porte mal conmigo que no dude que deberá rendir cuentas ante ella.
De nuevo, utilizo esta bitácora para dar las gracias. Esta vez son para ella, para Marta, por estar estos meses revoloteando por mi mundo. Gracias por estar acá, pues ya sabes que en mi alterada y destartalada vida he tenido en ti una persona en quien confiar. Espero que no te quiten nunca las alas y que sigas (y siga yo también), dándome todo el mal que puedas.
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