lunes, 24 de agosto de 2015

Herrera de los Navarros - Vistabella

 
El Sábado era el día planeado para realizar una excursión en algún lugar del planeta. La posibilidad de la lluvia se cernía sobre nuestras cabezas y la indecisión se apoderaba de nosotros como un chiclé se apodera de la suela de una alpargata. Lo único que teníamos claro los cuatro es que había que salir al campo y cumplir con la misión de Madre. La Chirzi Van sería nuestro medio de transporte y las Hoces del Río Huerva nuestro posible destino. Sólo quedaba limar algunos detalles para que Madre no nos diera un tremendo tirón de orejas.

 Punto de partida, junto a la carretera

Partíamos a la una y media pasadas desde un punto cercano a Herrera de los Navarros, justo donde se encuentra la señalización que conduce a Las Hoces del Huerva. Tras un breve ascenso siguiendo las marcas del PR Z-54, pronto encontramos aquella señal de madera que precede al comienzo del descenso por un pequeño sendero que, pasada una media hora, nos llevó hasta una paridera en la que decidimos tomar dirección Vistabella.

¡Ojo! No se pasen esta indicación.

Paridera donde tomar la dirección hacia Vistabella

Tan sólo diez minutos después, llegamos a orillas del río Huerva. La sombra y el hambre (eran las 14:30 horas) fueron determinantes en nuestra decisión de parar allá a comer.

Es la hora de comer. Dónde mejor que al ladito del río

Las nubes nos hacían atisbar que, en cualquier momento, la lluvia podía hacer acto de presencia. Así que, nada más comer, reanudamos la marcha hacia Vistabella, conscientes de que en caso de lluvia podríamos resguardarnos en el bar del pueblo.


Pastores eléctricos en el camino...


 ... y vacas.

De camino, la existencia de "pastores eléctricos" ya nos avisaba de la presencia de vacas por la zona, cerciorada con el sonido de los cencerros cada vez más cercanos. Era el momento preciso para que la "Coordi" utilizase sus poderes para cambiar de color y mostrar que podía mimetizarse sin problemas con algunas de las blanquecinas paredes de Vistabella.


 Vistabella

La suerte estuvo de nuestra parte y llegamos al pueblo sin que cayera una sola gota de agua. Así que, en la terraza del bar, pudimos disfrutar de unas cervezas y refrescos como pequeño refrigerio y avituallamiento en nuestro merecido descanso. Además, pudimos llenar nuestras cantimploras con el agua que un amable señor, de manera totalmente espontánea, nos trajo bien fresquita de su casa.

Paridera que sirve de referencia para tomar el desvío

El regreso a Herrera de los Navarros, en el primer tramo, discurría por el mismo camino que nos había llevado hasta Vistabella. Sin embargo, al llegar a una paridera, tomamos el desvío a la derecha en la dirección que precisamente, en una de sus paredes, indica que no transcurre por allí la PR-Z-54 (aspa cruzada).

 Llegando al final del ascenso...

 Cruzamos el río Huerva y, desde ese punto, comenzamos un rápido ascenso que, una vez superado el collado, nos llevará hasta el punto de partida.

 ... y, casi, casi, llegando al final de la excursión

Montamos en la Chirzi Van y comenzó a llover. La misión había terminado satisfactoriamente y era hora de comunicárselo a Madre. Pisamos el acelerador y, prestos, pusimos rumbo a Daroca.