viernes, 17 de agosto de 2012

Cita

"Y hay que dejar claro que este endeudamiento no se debe, como a veces se dice, a que los españoles hayamos vivido "por encima de nuestras posibilidades" sino a que los salarios han estado por debajo de nuestras necesidades".

Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa, Hay alternativas.

El libro Hay alternativas, se trata de una publicación que intenta mostrar que, en contra de lo que nos dicen una y otra vez los políticos y la mayoría de los medios de comunicación, sí que hay alternativas a las políticas de austeridad que se iniciaron con el final de la era Zapatero y que se han acentuado, a lo bestia, con las imposiciones del gobierno de Rajoy.

De esta manera, desde un punto de vista crítico con la economía neoliberal que campa a sus anchas por el mundo (esa misma que reduce los derechos sociales y laborales), expone otras políticas más favorables y eficaces que no menoscabarían el estado de bienestar que (aunque posea sus fallos), habíamos alcanzado hasta ahora. Y lo hace con propuestas concretas, lo que le da más empaque y consistencia al texto. Sin duda, una lectura recomendadísima.

Se puede descargar gratuitamente a través de la Blog de Vicenç Navarro o clicando acá.

jueves, 9 de agosto de 2012

Prometheus, de Ridley Scott


Ayer, fuimos a ver Prometheus al cine. Afortunadamente, no me cansaré de escribirlo, los cines Aragonia proyectan en VOSE, por lo que decidimos ir allá, a pesar de que sí, o sí, hay que visualizarla en 3D. Al final, quedamos un grupete de ocho personas. Creo que es la primera vez en mi vida que nos juntamos tanta gente para acudir juntos al cine, y jejejeje, ahora que lo escribo, me doy cuenta de que somos el mismo número que, junto con Alien, estuvo a bordo del Nostromo. Palomitas, refresco de cola y gafotas polarizadas, para ver que nos había preparado el señor Ridley Scott.

Voy a empezar diciendo que la película me gustó. No es para tirar cohetes, ni mucho menos, pero es bastante entretenida. No sé si será porque mis expectativas hacia la película eran ínfimas, si porque me condiciona mi predilección hacia todo lo que tiene que ver con el universo Alien (quitando esas marcianadas que salieron junto a Predator), o porque me encantan las películas de Serie B. Pero, salí con la sensación de una película que, aunque no llega al notable, tampoco tiene un aprobado justito. Aunque, bueno, ahora que me voy a poner a repasar cosicas, quizás si fuera exigente, le pondría un 3 pelado, jajajaja. Lo que sí que queda claro es que no pasará a la historia ni de lejos…

Como no, tratándose de una especie de precuela de Alien (aunque finalmente llegó a crear un universo propio a su alrededor que nos llevará a un mínimo de dos entregas más), es imposible no caer en alusiones a aquella película que, bien es sabido, sigue formando parte de mi panteón cinematográfico.

Visualmente, es la hostia, impactante, majestuosa. Aunque, quizás, al compararla con Alien, sí que se echa de menos un mejor uso de la luz, que haya momentos de más oscuridad, de espacios poco iluminados donde puede acechar cualquier cosa, de planos cerrados que no muestran que hay más allá… Pero, seguramente, ello se debe a que, para esta ocasión, el señor Scott no ha planteado la película como un filme de terror, sino como uno de Ciencia Ficción. Y, sinceramente, como película de Ciencia Ficción, tiene momentos que dejan en una perplejidad absoluta. Así que, más bien, deberíamos dejarla en película de entretenimiento, puro y duro, enmascarada entre naves, planetas y extraterrestres. Vamos que el señor Scott nos la ha dado con queso y, como realmente sí que entretiene, pues deja buen sabor de boca.

Engancha por aquello de lo atrayente por lo desconocido; por lo concerniente a descubrir los orígenes de la raza humana y que, aunque dé pequeños trazos, no nos ofrezca apenas respuestas; por intuir los orígenes de Alien; por la tensión que posee en algunos momentos; por (ya lo he comentado), sus apabullantes efectos visuales; porque nos va introduciendo, poco a poco, en lo misterioso que encierra la nave de los “ingenieros”. Quizás, por todo eso, se sale del cine con la sensación de haber disfrutado y haberlo pasado bien.

No obstante, tiene carencias, y muchas. Desde un guion bastante paupérrimo con errores de peso, una pésima interpretación de prácticamente todo el elenco de artistas, la carencia de suspense y la falta de esa atmósfera que invadía toda la película de Alien que tanta angustia generaba en el espectador. Si fuésemos rigurosos, con esto bajaríamos la nota al 3, por lo menos… Vamos a señalar algunos errores de bulto, así que ojo que viene, como se dice en inglés, SPOILERS:

- No me parece coherente que la tripulación no se conozca. ¿Entraron todas las personas dormidas ya en la nave, o qué? Para una misión como la que se traen entre manos, creo que una preparación previa y conjunta sería lo más coherente. Vamos, que no tiene ningún sentido. Además, ¿para qué mete tanta tripulación en la nave si parte de ella sólo sale para poder ser matada por algún compañero suyo poseído? Quizás, sólo por eso, para poder meter algo de acción gratuitamente.

- No es de recibo que unos científicos, supuestamente los mejores que hay disponibles (tal como señala Charlize Theron), se quiten los cascos en un planeta desconocido, por mucho que la atmósfera se haya “terrificado”. Puede haber virus, bacterias, o lo que sea, que sean mortales para el hombre. ¿Acaso no sirve de ejemplo el denominado injustamente “Descubrimiento de América”?

- Tampoco es comprensible que el geólogo, ése que porta consigo sus “cachorros”, sea capaz de programarlos para que realicen un mapa tridimensional y que, luego, se pierda por la nave. Bueno, y decir de su excesiva reacción de histeria casi nada más entrar en contacto con descubrimientos en la nave alienígena. Incomprensible es también que decida irse, puesto que está ante formaciones rocosas de una civilización extraterrestre… ¡Un lujazo para un geólogo! Pero que, además, en su huida le acompañe un biólogo que acaba de encontrarse con un cadáver extraterrestre ya es para mear y no echar gota.

- Más despropósitos con la pareja cómica del momento. Uno de ellos (el biólogo), tiene delante un alienígena que parece un pene y, al abrirse, una vagina, y que parece comportarse como una cobra… ¡y no se le ocurre otra cosa que intentar acariciarlo y juguetear con él! Ni que fuera un pequeño minino…

- El geólogo muere debido a que se quema con “la sangre” del alienígena, que parece ser ácido. Seguidamente, revive como un zombi y ataca a la parte de la tripulación que ha ido a buscarlos. No es un error, pero es patético y un sinsentido total.

- Vamos, que supongo que científicos experimentados y especializados carecen de un protocolo de actuación… Correcto, sí, correcto.

- El personaje de Charlize Theron, aparte de no aportar nada, estar horriblemente interpretado y morir de la manera más absurda posible, lleva consigo, además, una incoherencia. Viaja con una máquina capaz de operar de todo; pero ¡Sólo a hombres! Pero, si es mujer, ¿por qué carajo lleva una máquina que opera hombres? Ni pies ni cabeza.

- Esta máquina es utilizada para que la prota, embarazada después de acostarse con su churri con una especie de sepia alienígena, se realice una cesárea. Se le abre en canal, se le extrae la sepia y, seguidamente, se le cierra con grapas. Pues bien, seguidamente corretea, discute, pelea… como si nada. ¡Ah, bueno! De vez en cuando se retuerce un segundito de dolor. Suerte tendremos que en el futuro no habrá postoperatorio.

- Su churri, ve que le sale una especie de lombriz por el ojo. Obviamente, se preocupa, pero no le dice nada a nadie, como un buen científico haría. De hecho, empieza a sentir síntomas febriles, cambia la tonalidad de su piel y venas, y sigue sin decir nada. Mejor reventarse que intentar curarse cuanto antes y/o avisar a la compañía de su infección.

- El capitán de la nave que, en todas sus apariciones, da muestra de pasotismo absoluto, decide sacrificarse y suicidarse por “el bien de la humanidad”, algo de lo que le convence rápidamente y sin argumentos la prota. Un sinsentido total. Y, encima, gritan alegres “sin manos” ¡Patético! Si puede ir sin manos ¿Por qué no se marchan en esa “nave salvavidas” y dejan a la nave estrellarse sola?

- El ingeniero, en lugar de coger otra nave y marchar a la Tierra para seguir con su misión inicial, decide ir a por la prota ¿Por qué? Si se morirá solita en el planeta…

Asimismo, surgen algunas dudas:

- Como duda suprema, me quedo con esta: ¿Por qué deciden los ingenieros matar al ser humano en el año aproximado de 90 d. C.? ¿Qué ha hecho para merecer eso? Porque si me dicen ahora, pues bueno, aún tendría su lógica. Pero, ¿en aquella época? Podría ser, quizás, la aparición de la religión cristiana y el hecho de que aparezca un Dios a quien idolatrar, renunciando el ser humano, a sus creadores que denominan “ingenieros”. Pero, si es por eso, ¿Qué sucede con el resto del planeta en donde no existe el cristianismo? ¿También merecería morir? Entonces, sólo me queda suponer que apetece matar al hombre porque sí, sin ninguna otra razón que terminar con su “experimento”.

- Y esto me lleva a otra: ¿Por qué invitan al ser humano a ponerse en contacto con ellos en un satélite donde tienen una especie de base militar en lugar del planeta del que proceden? Recordemos que, al final de la peli, la prota se dirige hacia allá. Y si les han invitado a conocerlos… ¿No habría sido mejor aparecer con las naves en la Tierra y ya está?

Pero bueno, con las sucesivas secuelas, supongo que intentará dar algún sentido a esto, aunque sea “con calzador”. Además, de las dudas que surgen y de ciertos errores, quedan muchas lagunas y momentos carentes de sentido. Supongo que el metraje original sería mucho mayor. No sé si para poder sacar un DVD con el “director’s cut”, si porque la productora no quería en las salas de cine una peli de tres horas, o por las dos razones juntas.

¡Ah! No podemos olvidarnos de que nos ofrece la respuesta de lo que es el Space Jockey de Alien. Ya sabíamos que estaba reventado porque de su interior salió un Alien; pero, hasta ahora, creíamos que era un exoesqueleto. Pues no, resulta que lo que vimos era una armadura que, en su interior, contenía un “ingeniero”. Está bien la respuesta, aunque, sinceramente, me resulta un poco decepcionante. Me molaba más la idea del exoesqueleto…

En definitiva, una película entretenida, con una potencia visual indudable y en la que, si no te dejas apabullar por las lagunas y patrañas del guión, te divertirás.

lunes, 6 de agosto de 2012

Sr. Gallardón, me está chingando bien chingado...

Sinceramente, la noticia que salpicó los noticieros de semanas anteriores sobre el señor Gallardón me puso de muy mala hostia. Después de unos días de vacances, no puedo hacer otra cosa que escribir sobre ello.

Podemos leer en El País que “el titular de Justicia se opone a la ley de plazos, que rige en la mayor parte de Europa, pero también abomina de los actuales supuestos para abortar, entre ellos, la malformación del feto. En una brevísima declaración en el pasillo del Congreso, el ministro da muestras de un criterio muy restrictivo o directamente contrario a cualquier posibilidad de interrupción del embarazo”. Y que el ministro expuso que: “Todos los discapacitados tienen los mismos derechos que cualquier ciudadano; por ser discapacitado no tiene por qué ver mermados sus derechos ni sufrir ningún tipo de discriminación. Y este criterio es para los discapacitados que han nacido y para los que no han nacido”.

Que todas las personas discapacitadas tienen los mismos derechos, es algo que está más que claro. Obviamente, no pongo ninguna objeción. No obstante, hay una premisa que a este mandatario que hoy me parece (aunque no lo vaya a hacer), altamente insultable, se le escapa, y es que no todas las personas discapacitadas tienen las mismas oportunidades. Ni ellas, ni sus familias.

Soy defensor acérrimo de que los denominados Derechos Fundamentales, aquellos que son justificados por el Derecho Natural (existencia de derechos del hombre fundados en la naturaleza humana, universales, anteriores y superiores (o independientes) al ordenamiento jurídico positivo y al derecho), son una creación del hombre para poder vivir en esta (y otras anteriores), sociedad, a pesar de que se definan como “inherentes al ser humano, y que pertenecen a toda persona en razón a su dignidad humana”. No en vano, hubo sociedades en las que el derecho a la vida (uno de esos Derechos Fundamentales), es más que cuestionable. Recordemos en este punto, aquellas sociedades precolombinas que mataban a personas en rituales para que no desapareciese el último de los cinco soles, e incluso que participaban en el juego de pelota para, en caso de ser capitán, ser sacrificado. Dudo mucho que, acá, el derecho a la vida fuese tomado como un derecho natural y/o fundamental siquiera.

A pesar de ello, los comparto y considero que sirven de gran utilidad para poder establecer una sociedad que, de no ser así, en los tiempos que corren pronto devendría en auténtica una carnicería.

El derecho a la vida parece ser que es algo propio, exclusivo e inherente al ser humano. Dentro del amplio abanico animal, parece ser que éste es el único que posee tan magnánimo derecho. Y, es más, tenemos el privilegio de poder saltarnos este derecho con el resto del mundo animal: sí, podemos quitar la vida (eso sí, sin torturar y dentro de una normativa), a tantos animales como nos dé la real gana. Parece ser que para la naturaleza no sirve aquello de “son hijos de Dios”, y eso que a mí me ensañaron en el cole, cuando di religión, que el Mundo (con sus mares, plantas, animales y el ser humano), era creación de ese Ser omnipresente y omnipotente.

Partimos, por tanto, de un derecho creado única y exclusivamente para el ser humano, como es el del derecho a la vida que, por cierto en unos algunos estados de ese país tan avanzado y democrático como es EE. UU. se puede saltar a la torera con la pena de muerte… ¡Ah, bueno! Que en España también existe: “Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponerlas Leyes penales militares para tiempos de guerra” (Constitución Española, Art. 15). Es decir, Señor Gallardón, que en España, por ley, se puede quitar la vida a una persona en el caso excepcional que marca la Constitución. Bien, bien…

Todos tenemos los mismos derechos; pero, no las mismas oportunidades, he señalado anteriormente. “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes”, reza la Constitución. Que alguien nazca con una malformación congénita severa, siempre y cuando pudiera ser evitado, es un atentado contra la integridad física y moral. Esta persona, puede pasar el resto de su vida de quirófano en quirófano, posiblemente paralizado, sufriendo dolores constantes y, por supuesto, siendo consciente de su situación, viéndose ajeno a toda posibilidad de vivir una vida como las demás personas. Que digo, eso sería hablar de manera superficial. Posiblemente ajeno a toda posibilidad de llevar una vida digna.

Que alguien nazca con una malformación congénita severa, siempre y cuando pudiera ser evitado, es un atentado contra la integridad física y moral de la familia que va a tener que dar sus días para que quien acaba de nacer. Sufrimiento día tras día al comprobar que no terminan nunca las visitas al hospital; sufrimiento al ver que su recién nacido/a no va a caminar nunca; sufrimiento al comprobar que no hay otra alternativa que luchar y luchar, hasta el desfallecimiento, siendo conscientes, en casos extremos, de que no hay otra posibilidad que la prematura muerte de su descendencia.

Mas, no termina aquí el sufrimiento. Toca, ahora, el de los problemas económicos. Mantener a una persona en estas condiciones lleva consigo una cuantía económica elevada. En un país donde la ayuda a la dependencia está con un pie en el hoyo y, en el que la que existe es minúscula, poder ofrecer desde el ámbito familiar unas condiciones de vida, que menos que decentes, es complicado.
Sufrimiento vital y económico puede llegar a desgastar a las familias: preocupaciones, miedos, desolación, discusiones, son diferentes estadios que pueden ir apareciendo. Así, muchas familias terminan desilusionadas, descompuestas, desestructuradas, rompiéndose otro de esos “estamentos sagrados” del partido que, totalmente deslegitimado (por su elevada sarta de mentiras e incumplimiento de programa), nos gobierna en la actualidad.

Todos tenemos los mismos derechos; pero, no las mismas oportunidades, vuelvo a repetir. No todas las personas, desde el momento que nacen tienen las mismas oportunidades. Ya sabemos aquello del condicionante social y económico. Ahora, tendremos que añadir el físico (no evitado por la ideología e hipocresía de un político), aquel que no nos dejará tener las mismas oportunidades para ir al colegio, para caminar, jugar, saltar, bailar, enamorarse y ser correspondido/a, trabajar (si es que se llega a una edad laborable), y un largo etcétera de acciones de lo más básicas.

Tampoco tendrán las mismas oportunidades las familias, quienes por su total ocupación a su descendencia, tanto física como económica, serán incapaces de llevar una vida como la de su vecindad, aquella que sale a cenar con colegas, marchar al cine, salir a pasear, marchar de vacaciones o ir a trabajar sin la necesidad de contratar a alguien mientras no están en el hogar.

El resto de animales, cuando alguien de la manada sale con alguna malformación no para. La manada sigue para adelante y, desgraciadamente, el animal queda abandonado a su suerte. Obviamente, su suerte es la muerte. El ser humano, dio un paso más y, llevado por la ética, la moral o, vaya a saber por qué, decidió no abandonar a su descendencia, a veces, a sabiendas de que tanto la vida de quien acaba de nacer como de la familia se convertirá en un tormento, e incluso a sabiendas, en casos extremos, de que la muerte está cerca (apenas unos años que, en ocasiones, no llegan ni a la veintena). De nuevo, como es obvio, vuelvo a definirme a favor de esta posición. Sin embargo, conocedores de la dureza que esto conlleva, las leyes (unas más avanzadas que otras), condujeron a regularizar el aborto, en ocasiones en relación con supuestos, en ocasiones en función al periodo de gestación.

España vuelve a retroceder al aborto regido según los supuestos, retrocediendo en un importante derecho que habían alcanzado la sociedad en general y las mujeres en particular. Pero, este retroceso es aún mayor al eliminar uno de los supuestos: la malformación del feto. Será que al señor Gallardón le gusta eso de los abortos clandestinos o qué querrá beneficiar a las clínicas privadas. Será que el señor Gallardón quiere seguir teniendo fidelidad en las asociaciones provida. Será que, al contrario que sus colegas de partido, el señor Gallardón quiere aumentar los gastos en la sanidad pública. Será que, como el resto del PP, el señor Gallardón decide tomar medidas sin ser previsor de las consecuencias.

Señor Gallardón, si finalmente se produce este cambio en la ley, por favor, comprométase a cargar con todos y cada uno de los gastos que conlleve para esa persona y su familia el poder llevar una vida digna. Si no lo hace, su crueldad será que menos que extrema, y su moralidad y ética quedará más que definida. Si quiere salvar vidas, que parece ser que es su hipócrita posición, haga algo por cambiar este sistema económico en el que mueren de hambre alrededor de 24.000 personas cada día, de las cuales, no sé si lo sabrá, un 75 % son menores de cinco meses. ¡Ah! Se me olvidaba que su partido defiende (no hay más que ver las medidas adoptadas durante estos últimos meses), ese tipo de sistema en el que el capital está por encima de las personas.

Y para colmo, me pregunto, por qué carajo celebramos los años el día que salimos al mundo exterior en lugar del día que fuimos concebidos. Yo sería un mes más joven…