jueves, 9 de agosto de 2012

Prometheus, de Ridley Scott


Ayer, fuimos a ver Prometheus al cine. Afortunadamente, no me cansaré de escribirlo, los cines Aragonia proyectan en VOSE, por lo que decidimos ir allá, a pesar de que sí, o sí, hay que visualizarla en 3D. Al final, quedamos un grupete de ocho personas. Creo que es la primera vez en mi vida que nos juntamos tanta gente para acudir juntos al cine, y jejejeje, ahora que lo escribo, me doy cuenta de que somos el mismo número que, junto con Alien, estuvo a bordo del Nostromo. Palomitas, refresco de cola y gafotas polarizadas, para ver que nos había preparado el señor Ridley Scott.

Voy a empezar diciendo que la película me gustó. No es para tirar cohetes, ni mucho menos, pero es bastante entretenida. No sé si será porque mis expectativas hacia la película eran ínfimas, si porque me condiciona mi predilección hacia todo lo que tiene que ver con el universo Alien (quitando esas marcianadas que salieron junto a Predator), o porque me encantan las películas de Serie B. Pero, salí con la sensación de una película que, aunque no llega al notable, tampoco tiene un aprobado justito. Aunque, bueno, ahora que me voy a poner a repasar cosicas, quizás si fuera exigente, le pondría un 3 pelado, jajajaja. Lo que sí que queda claro es que no pasará a la historia ni de lejos…

Como no, tratándose de una especie de precuela de Alien (aunque finalmente llegó a crear un universo propio a su alrededor que nos llevará a un mínimo de dos entregas más), es imposible no caer en alusiones a aquella película que, bien es sabido, sigue formando parte de mi panteón cinematográfico.

Visualmente, es la hostia, impactante, majestuosa. Aunque, quizás, al compararla con Alien, sí que se echa de menos un mejor uso de la luz, que haya momentos de más oscuridad, de espacios poco iluminados donde puede acechar cualquier cosa, de planos cerrados que no muestran que hay más allá… Pero, seguramente, ello se debe a que, para esta ocasión, el señor Scott no ha planteado la película como un filme de terror, sino como uno de Ciencia Ficción. Y, sinceramente, como película de Ciencia Ficción, tiene momentos que dejan en una perplejidad absoluta. Así que, más bien, deberíamos dejarla en película de entretenimiento, puro y duro, enmascarada entre naves, planetas y extraterrestres. Vamos que el señor Scott nos la ha dado con queso y, como realmente sí que entretiene, pues deja buen sabor de boca.

Engancha por aquello de lo atrayente por lo desconocido; por lo concerniente a descubrir los orígenes de la raza humana y que, aunque dé pequeños trazos, no nos ofrezca apenas respuestas; por intuir los orígenes de Alien; por la tensión que posee en algunos momentos; por (ya lo he comentado), sus apabullantes efectos visuales; porque nos va introduciendo, poco a poco, en lo misterioso que encierra la nave de los “ingenieros”. Quizás, por todo eso, se sale del cine con la sensación de haber disfrutado y haberlo pasado bien.

No obstante, tiene carencias, y muchas. Desde un guion bastante paupérrimo con errores de peso, una pésima interpretación de prácticamente todo el elenco de artistas, la carencia de suspense y la falta de esa atmósfera que invadía toda la película de Alien que tanta angustia generaba en el espectador. Si fuésemos rigurosos, con esto bajaríamos la nota al 3, por lo menos… Vamos a señalar algunos errores de bulto, así que ojo que viene, como se dice en inglés, SPOILERS:

- No me parece coherente que la tripulación no se conozca. ¿Entraron todas las personas dormidas ya en la nave, o qué? Para una misión como la que se traen entre manos, creo que una preparación previa y conjunta sería lo más coherente. Vamos, que no tiene ningún sentido. Además, ¿para qué mete tanta tripulación en la nave si parte de ella sólo sale para poder ser matada por algún compañero suyo poseído? Quizás, sólo por eso, para poder meter algo de acción gratuitamente.

- No es de recibo que unos científicos, supuestamente los mejores que hay disponibles (tal como señala Charlize Theron), se quiten los cascos en un planeta desconocido, por mucho que la atmósfera se haya “terrificado”. Puede haber virus, bacterias, o lo que sea, que sean mortales para el hombre. ¿Acaso no sirve de ejemplo el denominado injustamente “Descubrimiento de América”?

- Tampoco es comprensible que el geólogo, ése que porta consigo sus “cachorros”, sea capaz de programarlos para que realicen un mapa tridimensional y que, luego, se pierda por la nave. Bueno, y decir de su excesiva reacción de histeria casi nada más entrar en contacto con descubrimientos en la nave alienígena. Incomprensible es también que decida irse, puesto que está ante formaciones rocosas de una civilización extraterrestre… ¡Un lujazo para un geólogo! Pero que, además, en su huida le acompañe un biólogo que acaba de encontrarse con un cadáver extraterrestre ya es para mear y no echar gota.

- Más despropósitos con la pareja cómica del momento. Uno de ellos (el biólogo), tiene delante un alienígena que parece un pene y, al abrirse, una vagina, y que parece comportarse como una cobra… ¡y no se le ocurre otra cosa que intentar acariciarlo y juguetear con él! Ni que fuera un pequeño minino…

- El geólogo muere debido a que se quema con “la sangre” del alienígena, que parece ser ácido. Seguidamente, revive como un zombi y ataca a la parte de la tripulación que ha ido a buscarlos. No es un error, pero es patético y un sinsentido total.

- Vamos, que supongo que científicos experimentados y especializados carecen de un protocolo de actuación… Correcto, sí, correcto.

- El personaje de Charlize Theron, aparte de no aportar nada, estar horriblemente interpretado y morir de la manera más absurda posible, lleva consigo, además, una incoherencia. Viaja con una máquina capaz de operar de todo; pero ¡Sólo a hombres! Pero, si es mujer, ¿por qué carajo lleva una máquina que opera hombres? Ni pies ni cabeza.

- Esta máquina es utilizada para que la prota, embarazada después de acostarse con su churri con una especie de sepia alienígena, se realice una cesárea. Se le abre en canal, se le extrae la sepia y, seguidamente, se le cierra con grapas. Pues bien, seguidamente corretea, discute, pelea… como si nada. ¡Ah, bueno! De vez en cuando se retuerce un segundito de dolor. Suerte tendremos que en el futuro no habrá postoperatorio.

- Su churri, ve que le sale una especie de lombriz por el ojo. Obviamente, se preocupa, pero no le dice nada a nadie, como un buen científico haría. De hecho, empieza a sentir síntomas febriles, cambia la tonalidad de su piel y venas, y sigue sin decir nada. Mejor reventarse que intentar curarse cuanto antes y/o avisar a la compañía de su infección.

- El capitán de la nave que, en todas sus apariciones, da muestra de pasotismo absoluto, decide sacrificarse y suicidarse por “el bien de la humanidad”, algo de lo que le convence rápidamente y sin argumentos la prota. Un sinsentido total. Y, encima, gritan alegres “sin manos” ¡Patético! Si puede ir sin manos ¿Por qué no se marchan en esa “nave salvavidas” y dejan a la nave estrellarse sola?

- El ingeniero, en lugar de coger otra nave y marchar a la Tierra para seguir con su misión inicial, decide ir a por la prota ¿Por qué? Si se morirá solita en el planeta…

Asimismo, surgen algunas dudas:

- Como duda suprema, me quedo con esta: ¿Por qué deciden los ingenieros matar al ser humano en el año aproximado de 90 d. C.? ¿Qué ha hecho para merecer eso? Porque si me dicen ahora, pues bueno, aún tendría su lógica. Pero, ¿en aquella época? Podría ser, quizás, la aparición de la religión cristiana y el hecho de que aparezca un Dios a quien idolatrar, renunciando el ser humano, a sus creadores que denominan “ingenieros”. Pero, si es por eso, ¿Qué sucede con el resto del planeta en donde no existe el cristianismo? ¿También merecería morir? Entonces, sólo me queda suponer que apetece matar al hombre porque sí, sin ninguna otra razón que terminar con su “experimento”.

- Y esto me lleva a otra: ¿Por qué invitan al ser humano a ponerse en contacto con ellos en un satélite donde tienen una especie de base militar en lugar del planeta del que proceden? Recordemos que, al final de la peli, la prota se dirige hacia allá. Y si les han invitado a conocerlos… ¿No habría sido mejor aparecer con las naves en la Tierra y ya está?

Pero bueno, con las sucesivas secuelas, supongo que intentará dar algún sentido a esto, aunque sea “con calzador”. Además, de las dudas que surgen y de ciertos errores, quedan muchas lagunas y momentos carentes de sentido. Supongo que el metraje original sería mucho mayor. No sé si para poder sacar un DVD con el “director’s cut”, si porque la productora no quería en las salas de cine una peli de tres horas, o por las dos razones juntas.

¡Ah! No podemos olvidarnos de que nos ofrece la respuesta de lo que es el Space Jockey de Alien. Ya sabíamos que estaba reventado porque de su interior salió un Alien; pero, hasta ahora, creíamos que era un exoesqueleto. Pues no, resulta que lo que vimos era una armadura que, en su interior, contenía un “ingeniero”. Está bien la respuesta, aunque, sinceramente, me resulta un poco decepcionante. Me molaba más la idea del exoesqueleto…

En definitiva, una película entretenida, con una potencia visual indudable y en la que, si no te dejas apabullar por las lagunas y patrañas del guión, te divertirás.

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