martes, 30 de abril de 2013

Ascensión a Peñarroya desde Alcalá de la Selva. Ruta circular


Después de una larga parada en el “senderismo para toda la Galaxia”, volvemos con una ascensión en la Sierra de Gúdar: la cumbre del Peñarroya.

Se trata de una ruta circular que parte desde Alcalá de la Selva, justito donde se sitúa la señal de la GR-8 dirección Valdelinares, muy cerquita de la entrada a Alcalá de la Selva viniendo desde Mora de Rubielos.


Comenzamos la caminata por una pista forestal que, al kilómetro aproximadamente, se convierte en senda. Un poco antes de que ésta retome la pista por donde discurrirá la GR-8, debemos desviarnos por la senda que se bifurca hacia nuestra izquierda.


 Esta parte no está señalizada, razón por la que, en la foto que precede estas líneas, aparece una mochila en el cruce y unas pisadas dibujadas señalando el camino a seguir.

Pronto, comenzamos a andar entre muros de piedra hasta que nos adentramos en los primeros bosques, momento en que la senda se estrecha y empezamos a tomar altitud. Después de estar un rato caminando, casi, casi, en línea recta, llegamos a un tramo en que tenemos que zigzaguear y que es difícil de seguir. Por eso está bien tomar como referencia dos cosas: la primera, las señales pintadas en algunas rocas (en la imagen, dentro del círculo rojo, una señal existente y resaltada con la computadora, nos ofrece un ejemplo de éstas); la segunda, una valla que, a partir de cierto momento, siempre será visible (a mayor o menor distancia), a nuestra izquierda.


Pasado este trecho y una especie de pequeño claro en el bosque, llanearemos un rato hasta llegar a la Masía de la Solana.


Dejaremos ésta a nuestra derecha, para no confundirnos y no tomar la pista forestal que nos haría descender hacia la GR-8, cogiendo un sendero que nos llevará a la pista que nos inicia en la parte final de nuestra “aventura”.


Dejaremos esta pista cuando divisemos el cortafuegos, ya en el último tramo del ascenso. Subiremos por éste hasta cruzar la pista (que no tomaremos), e iniciar los últimos metros hasta la cumbre del Peñarroya.


Un poquito de llegar al vértice geodésico, sito sobre un pedestal de piedras, podemos apreciar el monumento a los guardas forestales.



Desde éste, iremos al mirador, que nos ofrece una magnífica panorámica de la zona.


Al ladito de éste, apreciamos unas escaleras que nos indican el camino a seguir para descender. De nuevo, en este tramo, hay que prestar mucha atención, pues serán los hitos o mojones los que nos indicarán por donde descender la montaña. Realmente, éste es un atajo que nos conduce, por una fuerte pendiente, campo a través, en lugar de bajar  hacia Alcalá de la Selva por la pista. De hecho, se podría coger ésta justo en el punto en que nos habíamos cruzado con ella al subir. No obstante, descender por la pista, alargaría la excursión unos cuantos kilómetros y, ¡qué carajo!, es más bonito caminar por la sendita.


Desde que iniciamos el descenso por esta empinada pendiente, cruzaremos una primera pista, una segunda y, finalmente, llegaremos a aquella por la que transita la GR-8. Tenemos dos opciones: la primera, continuar dirección hacia Alcalá de la Selva; la segunda, desviarse unos 500 metros, por una pista sin apenas desnivel, hasta el área recreativa de la Chaparrilla para tomar un refrigerio y, en caso de necesidad, poder rellenar las cantimploras. Ésta fue nuestra opción, puesto que nos encontrábamos cerca de las 3 de la tarde y el hambre golpeaba nuestros estómagos con contundencia.


Una vez que hemos tomado ese deseado tentempié, tenemos que retroceder hasta el cartelito que nos anunciaba las direcciones a seguir.


Desde este punto, sólo nos queda seguir la GR-8, con las vistas de Virgen de la Vega a nuestra izquierda, hasta el punto donde habíamos iniciado la etapa.

martes, 23 de abril de 2013

Posesión infernal (Evil Dead)


Fuimos el otro día a ver el remake de Posesión Infernal (Evid Dead como título original), de Féde Álvarez, sin saber muy bien qué me iba a encontrar. Por un lado, la posibilidad de encontrarme ante una nueva decepción con un filme que, bien repitiendo la película original, bien dándole una nueva visión, lo hace de manera sonrojante. Por otro, un remake que, sin ser la bomba, rebomba, fuese una película correcta que deja una buena sensación al salir de la sala. Lo que no me esperaba era encontrarme con una película que, manteniéndose fiel a la original, le otorga una visión personal y, además, lo hace de una manera tan digna que, sin duda, deja muy buen sabor de boca., superando así las expectativas que me había creado antes de su visionado. Creo que el director era consciente de la dificultad que supone revisar una película de culto y, con tan ardua tarea, convencer, tanto a quienes tantas veces han disfrutado con su visionado, como a quienes se enfrentan por primera vez a una posesión infernal.

Comienza la película con un prólogo bastante prescindible, que no aporta nada y que, además, en mi caso, produce cierta sensación de haber hecho una mala elección. Quizás, era la manera de buscar el distanciamiento de la nueva Evil Dead con respecto a aquella de 1981. Aunque, sinceramente, esto ya puede apreciarse con los primeros compases de la película, dejando claro que la estancia del grupo de jóvenes en la cabaña, así como su permanencia en ella (a pesar de lo que comienza a suceder), tiene una razón de ser. Este es uno de los puntos que ya marcan considerablemente esta revisión de Evil Dead: se aleja de lo más paródico de la primera y, sobre todo, segunda película de la saga de Sam Raimi, para darle una visión más seria. Intenta darle más profundidad a los personajes y, sobre todo, darle un sentido no sólo a la estancia en la cabaña, sino a la explicación, por parte del resto del grupo, de los síntomas que empiezan a aflorar a la poseída protagonista. En parte, esto es un punto positivo para esta revisión de Posesión infernal. Si bien, no termina de cuajar del todo y queda como algo puramente anecdótico a ojos del público espectador. No obstante, en este aspecto, sorprenderá a quienes critican la estupidez de la película de 1981.

Seguidamente, con numerosos guiños a Evil Dead I y II, el filme continua con paso firme entre la agobiante atmósfera, las posesiones, la acumulada tensión y ciertos momentos gore, donde destacan los desmembramientos y la sangre a cascoporro, que nos llevarán desde la repugnancia hasta las carcajadas por la desmesura de las escenas. Éste, sin duda, es otro de los puntos fuertes del filme, la potente y diestra revisión del filme original, al tiempo que actualiza aquellos efectos especiales de las películas de Sam Raimi que ya habían quedado un poquito desfasados con el paso del tiempo. Y lo hace, cosa de agradecer, utilizando maquillaje y los “viejos trucos de escuela”, sin esos malditos efectos digitales generados a través de computadoras, que tan irreales se aprecian al visionar las películas.

Desgraciadamente, el final de la película cae en un pequeño despropósito bastante absurdo e ilógico que, afortunadamente, queda diluido por el diluvio de sangre (y no me refiero sólo a la lluvia), que inunda la pantalla.

Definitivamente, con sus defectos y virtudes, nos encontramos ante un remake que al partir del respeto a la obra original y, por ello, siendo fiel al espíritu de ese gran clásico cinematográfico, toma su propio camino y adquiere un carácter propio que no dejará indiferente a nadie. Siendo así de fascinante el estreno de Féde Álvarez en el largometraje (hasta la fecha había dirigido cortos), la cosa promete...

Por cierto, debido a la extraña tradición en España de levantarse y marcharse de la sala al aparecer las primeras letras de los créditos finales, más de una persona se perderá el homenaje a Evil Dead y el cameo de Bruce Campbell. Quizás, también se echa de menos al carismático personaje de Ash; pero, no se puede tener todo.

viernes, 19 de abril de 2013

Cita

"Sabe qué son en mi opinión las personas a ojos del gobierno?
[...] Las personas son como el polvo en una copa que tiene una fisura. La copa se puede romper con facilidad y el polvo llevárselo el viento [...] En este país las personas no son más que un poco de polvo en el aire, no tienen valor alguno".


KHALED AL KHAMISSI, Taxi

jueves, 18 de abril de 2013

Cita

Para hoy, una cita que, aunque pertenezca a un taxista de El Cairo, bien podría aplicarse acá:

"Vivimos una mentira y nos la creemos. La única función de este Gobierno es asegurarse de que nos creemos  esa mentira, ¿o no es así?"

KHALED AL KHAMISSI, Taxi

jueves, 4 de abril de 2013

BUM o cómo estalló la desgracia

Hoy he vuelto a recordar uno de esos episodios fatídicos en la vida. Fue una carambola funesta la que nos llevó a la frustración, al abatimiento y, por consiguiente, a quedarnos con las auténticas y genuinas caras de breva durante un largo periodo de tiempo. Quizás, unos minutos; pero, debieron de ser eternos.

Debemos retrotraernos al año 95, en plena "Guerra del fletán", aquella en que se vieron envueltos España y Canadá por culpa de los bancos pesqueros. Por aquel entonces, uno de mis grupos predilectos (y lo sigue siendo), era BUM, una delicia de punk-rock que, junto con Parasites, Ramones, Schreeching Weasel, entre otros, no paraban de sonar en mi, por aquel entonces, preciado discman. La asombrosa noticia de que iban a tocar en Zaragoza, nos pilló por sorpresa por lo inusual de tener un grupo de ese calibre en la capital maña; pero, guau, cómo lo celebramos...

Era la hora y nos acercamos a La piedra de Blarney. Los nervios a flor de piel. El escenario, vacío, sin instrumentos. Algo malo pasaba ¿Qué carajo estaba ocurriendo? La mala noticia no tardó en llegar a nuestros oídos: no habían obtenido el visado a tiempo y, por lo tanto, se caía el concierto de Zaragoza. Se me desencajó la cara. Los ojos estuvieron a puntito de derramar lágrimas. No podía creerlo. ¡Maldito fletán! Pensaba para mis adentros.

Parece ser que a los pocos días, sí que tocaron en Barcelona. La vida había sido cruel con nosotros.

Bueno, les dejo con una canción de tan grandioso grupo. Sólo es la música, porque la imagen es fija. Es la portada de su primer disco (mejor dicho, discazo) y la imagen que portaba en mi estupenda camiseta.