El Jueves fue el turno de Leonera. Que la pongan en los Renoir, para nosotros, era una gran hiueputada, pues nada más correr, rapidito a nuestras respectivas casas, las duchitas, cena rápida y, pedalea, pedalea... hasta la Romareda Conection.
Arriba, justo cortando las entradas, estaba un amigo binguero. Pronto tendremos comida y bingo. Sólo por el homenaje rumbero, sólo por hacer el chorras; pero, estas vainas tan tontas le dan salsica a la vida.
Desde allá, ya pudimos ver las condiciones de la sala. Butacas sólo en uno de los lados. El otro, el que antaño quedaba al otro lado del pasillo, estaba lleno de cajas, al igual que las había debajo de la pantalla. Realmente, ver una película en esa sala daba un poco de mal rollo, porque considero que no son condiciones de tener al espectador. Pero bueno, sólo es una percepción más de este tarado mental.
Por fin, la película. Leonera es un film bueno. Creo que es de lo mejorcito que he visto en este año 2008 en una sala comercial de cine. Los créditos, con las letras tan animadas, la canción con voces de niños/as, el movimiento constante, se me antojaron muy divertidos. Y, de la diversión, a un comienzo duro que nos introduce de lleno en la película. El largometraje nos presenta la situación de una mujer que entra embarazada a la cárcel, lugar dónde deberá criar a su hijo hasta que éste cumpla los 4 años, momento en que será llevado a vivir con un familiar cercano (o sí no, entregado en adopción). Y lo hace sin caer en sensiblerías, en posicionamientos claros, en tópicos carcelarios... Las reclusas son como los/as carceleros/as, con sus momentos buenos y malos. No hay bando bueno y otro malo. Son personas que, por su situación o por su trabajo, tienen que convivir entre esas paredes y esas rejas.
Considero que ese es el acierto de esta película, que deja al espectador la total libertad de posicionarse con unos o con otros, o con todos a la vez. Bueno, a parte de que está muy bien llevada. Además, invita a la reflexión. Yo, ahora, me pregunto: ¿Por qué un niño tiene que empezar a criarse entre rejas, sin libertad, por algo que él no ha cometido? Ya que esto sucede ¿Hasta qué edad tendría que estar? Dos, tres, cuatro, cinco años... Y, llegado a este punto ¿Cómo es posible romper el lazo establecido entre madre-hijo al cabo de esos años pasados? Es extraño, porque nunca me había parado a pensar en esto.
En definitiva: Leonera es una muy buena película por la que bien merece la pena asistir a la pantalla grande.
Arriba, justo cortando las entradas, estaba un amigo binguero. Pronto tendremos comida y bingo. Sólo por el homenaje rumbero, sólo por hacer el chorras; pero, estas vainas tan tontas le dan salsica a la vida.
Desde allá, ya pudimos ver las condiciones de la sala. Butacas sólo en uno de los lados. El otro, el que antaño quedaba al otro lado del pasillo, estaba lleno de cajas, al igual que las había debajo de la pantalla. Realmente, ver una película en esa sala daba un poco de mal rollo, porque considero que no son condiciones de tener al espectador. Pero bueno, sólo es una percepción más de este tarado mental.
Por fin, la película. Leonera es un film bueno. Creo que es de lo mejorcito que he visto en este año 2008 en una sala comercial de cine. Los créditos, con las letras tan animadas, la canción con voces de niños/as, el movimiento constante, se me antojaron muy divertidos. Y, de la diversión, a un comienzo duro que nos introduce de lleno en la película. El largometraje nos presenta la situación de una mujer que entra embarazada a la cárcel, lugar dónde deberá criar a su hijo hasta que éste cumpla los 4 años, momento en que será llevado a vivir con un familiar cercano (o sí no, entregado en adopción). Y lo hace sin caer en sensiblerías, en posicionamientos claros, en tópicos carcelarios... Las reclusas son como los/as carceleros/as, con sus momentos buenos y malos. No hay bando bueno y otro malo. Son personas que, por su situación o por su trabajo, tienen que convivir entre esas paredes y esas rejas.
Considero que ese es el acierto de esta película, que deja al espectador la total libertad de posicionarse con unos o con otros, o con todos a la vez. Bueno, a parte de que está muy bien llevada. Además, invita a la reflexión. Yo, ahora, me pregunto: ¿Por qué un niño tiene que empezar a criarse entre rejas, sin libertad, por algo que él no ha cometido? Ya que esto sucede ¿Hasta qué edad tendría que estar? Dos, tres, cuatro, cinco años... Y, llegado a este punto ¿Cómo es posible romper el lazo establecido entre madre-hijo al cabo de esos años pasados? Es extraño, porque nunca me había parado a pensar en esto.
En definitiva: Leonera es una muy buena película por la que bien merece la pena asistir a la pantalla grande.
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