
Por costumbre, suelo hacer una crítica de lo visualizado. Pero, en este caso, no. Porque lo importante era la causa. Se trata de concienciar a la gente de la importancia de donar órganos, de lo que supone poder salvar una vida con, tan sólo, una firma que permita transplantar una cosica que tienes dentro y que ya no vas a utilizar. Por eso, por una vez, me contengo. ¡Sin que sirva de precedente! ¡Eh!
Hoy, yo también me puse en el lado de la vida, pues me dejé llevar... Fui a la Escuela, donde había quedado con Isoide. Hacía tres meses que no la veía. Su estancia en Perú había hecho que fuese una compinche al otro lado del charco, y teníamos tantas cosas que contarnos... Ella tenía que subir a Huesca con Pilar y, yo me veía en la situación de ser aplicado y asistir a mis clases o, por el contrario, dejarme llevar y marchar a Huesca para, tan sólo, pasear por sus calles durante una hora. Obviamente, me decanté por lo segundo. Estaba toooooda la conversación durante el trayecyo en coche y toooooda la charradica durante el regreso en el autobús. Sin duda, tenía que hacer lo que me pedía el cuerpo: ponerme en el lado de la vida y seguir disfrutándola al máximo. ¡Me encanta!
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