No me gusta experimentar el frío, esas ramas entrecruzadas que tejen una extraña tela de araña de la que es difícil escapar.
A mí me gusta sentir el calor, la ausencia de ramas en un espacio diáfano en el que poder caminar.
A mí me gusta sentir el calor, la ausencia de ramas en un espacio diáfano en el que poder caminar.
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