Imagen extraída de: http://elmosquitoeducativo.wordpress.com/
Dicen, y mucha gente lo apoya, que se es más creativo cuando las cosas no van bien, cuando estás bajo de ánimo, cuando el ánimo está por los suelos. Mas, yo opino que es tan sólo una limitada percepción.
Por lo general, las cosas malas se quedan más en la cabeza. El ser humano tiene esa extraña capacidad para retenerlas. Sin embargo, las buenas, como la aspirina, hacen "fis fis fis fis" y desaparecen. Asimismo, las malas, si son muy íntimas, no se suelen contar. Mientras que las buenas, las sueltas a cascoporro. Eso hace que las fatalidades empiecen a quedarse incrustadas en el interior de todo tu ser y surge la necesidad de expulsarlas de alguna manera. De ahí que, sea escribiendo, pintando, fotografiando, filmando, que se busca la manera de ahuyentar a esos demonios que se van apoderando de nuestro ser.
Por otra parte, la sociedad y cultura en que vivimos, nos ha condicionado a la hora de expresar los sentimientos positivos, las cosas bonitas, la belleza de los acontecimientos que vivimos. Pero, si lo cultivamos, es bien fácil sacar todo eso a relucir.
Por esta razón, no creo que seamos más creativos en la penuria, sino que nos resulta más fácil expresarnos en ese devenir vital. Es extraño ¿no?
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