Estaba ayudando a Jorge, junto con Mariachi, a realizar la mudanza. Había que bajar cosicas: colchón, cama, televisión gigante... y yo, feliz, cantaba Karamelo Santo: "Te ha mordido la kulebra del amor, te ha mordido la kulebra del amor, te ha mordido la kuleeebra, te ha mordido la kuleeebra, te ha mordido la kuleeebra...". De repente, el móvil hizo la señal de mensaje: "bip, bip, bip". Era de Santi y, al leerlo, una sonora carcajada salió de mi interior. Asombrado, leía: "Te ha mordido la kulebra del amor! Mi idea es salir..."
Al llegar a casa, he encendido la computadora. Un nuevo mensaje estaba en mi Blog. La entrada era antigua y, por eso, me picó aún más la curiosidad. Una quillita, desde Bolivia, había recabado en mi bitácora y me ofrecía sus palabras, lo cual, viniendo desde tan lejos (desde ese país que sin saberlo fue hermanado con la Colombia de mi corazón), me llenó de ilusión.
"...me ha mordido el corazón"
Al llegar a casa, he encendido la computadora. Un nuevo mensaje estaba en mi Blog. La entrada era antigua y, por eso, me picó aún más la curiosidad. Una quillita, desde Bolivia, había recabado en mi bitácora y me ofrecía sus palabras, lo cual, viniendo desde tan lejos (desde ese país que sin saberlo fue hermanado con la Colombia de mi corazón), me llenó de ilusión.
"...me ha mordido el corazón"
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