lunes, 14 de abril de 2008

De edificaciones y cimientos


Estos días me he dado cuenta de que mi casa se sustenta sobre sólidos cimientos. Sí, poseo una edificación estable, fortalecida por el paso de los años y de la experiencia que, poco a poco, divisa cómo algunas de las casas anexas, cuya construcción había reforzado la mía, se han ido cayendo. Y miro casi ajeno a esta situación. En principio hago una llamada de atención al ver las primeras grietas; pero, ante la pasividad de “mis vecinos”, ceso en mis intentos y, simplemente me encabrono, me enfurezco, me enervo, ante semejante falta de motivación y lucha por mantener en pie esas edificaciones.

Entonces, pienso que en esa dureza de mi terreno, aquellos edificios cercanos que lo fortalecen, ya casi se hacen innecesarios, porque, una y otra vez, se vuelve a construir. Y, una y otra vez, se vuelve a cimentar para levantar nuevos edificios que urbanizan en derredor de mi pequeña, pero estable, casita. Caen casas alrededor y, extrañamente, ya casi ni afecta a mis fachadas, ni a mi estructura, ni a mis cimientos, más allá de una llamada al albañil (que, casualmente soy yo), para reparar los desperfectos.

Y, realmente, esto me da un poco de miedo, porque, quizás, algún día ya no se pueda edificar más alrededor de mi casa y, allí, aislada, quede sin ninguna vecindad que conforme una alegre urbanización. No obstante, también sé que, por ahora, no ceso en mi intento de ayudar a construir nuevas y sólidas edificaciones cuando ha caído una de esas que están en mi misma calle.

En una ocasión, y eso ya es otra historia, fueron mis propios cimientos los que se resquebrajaron. Sin embargo, afortunadamente, cuando a puntito estaba de quedarme sin hogar, me puse el mono de trabajo y me puse manos a la obra. Ahora, y ya que mi casa se sustenta sobre eficaces y gruesos pilotis, puedo asomarme al balcón para mirar un creciente urbanismo de lindas casitas que poder visitar. Me gustaría que no se cayera ninguna y, de hecho, si empezase a ver grietas, avisaría a su inquilino; pero, también sé que si alguna desaparece, quizás no me afecte en demasía si no forma parte de mis propios cimientos...

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