Fuimos el Lunes a ver The Road, película de la que sólo sabía que era de temática apocalíptica. Y sí, efectivamente, lo era, con un Mundo que se resquebraja, seres caníbales dando mal y seres que luchan por sobrevivir buscando comida y abrigo.
La película no está mal, pero tampoco es para tirar cohetes. Con una imagen muy potente, logra meterte en la historia e, incluso, llegar a sentir cierta angustia en determinadas situaciones. Pero, poco más. Con un argumento bastante trillado, nos pasea por la más absoluta miseria humana a través de una road movie con zombies vivos (los caníbales), que le dan un poco de acción al asunto y con alguna que otra frase supuestamente profunda, que es mejor decírsela a los peces debajo del agua para que sólo entiendan "glu" "glu". A ello, hay que añadirle momentos gloriosos como en el que el niño bebe la coke (buf, no se puede ser más cutre) o el mensaje final del señor Mortensen antes de morir (lamentable). Además, esa tan marcadísima línea entre los malos (que son muy malos) y los buenos (que tienen fuego y son muy buenos), me exaspera en demasía. ¡Que no son zombies, que son humanos que comen carne humana!
Tres cosicas voy a destacar de la peli: la primera, la estupenda fotografía del maestro Aguirresarobe. Este tío es un crack. La segunda, el viaje interno que lleva en proceso el señor Mortensen, aunque se vea dulcificado por su bondadoso hijo. Y la tercera, que, al salir, invita a reflexionar. No quizás por el filme en sí, sino por la temática que trata y algunos aspectos que sí que resalta, aunque, en mi opinión de manera no muy acertada.
En definitiva, una película que me gustó, que me hizo pasar un buen rato en la sala, pero que pronto pasará al olvido... Eso sí, no la volvería a ver, ni en la tele, jejejeje.
La película no está mal, pero tampoco es para tirar cohetes. Con una imagen muy potente, logra meterte en la historia e, incluso, llegar a sentir cierta angustia en determinadas situaciones. Pero, poco más. Con un argumento bastante trillado, nos pasea por la más absoluta miseria humana a través de una road movie con zombies vivos (los caníbales), que le dan un poco de acción al asunto y con alguna que otra frase supuestamente profunda, que es mejor decírsela a los peces debajo del agua para que sólo entiendan "glu" "glu". A ello, hay que añadirle momentos gloriosos como en el que el niño bebe la coke (buf, no se puede ser más cutre) o el mensaje final del señor Mortensen antes de morir (lamentable). Además, esa tan marcadísima línea entre los malos (que son muy malos) y los buenos (que tienen fuego y son muy buenos), me exaspera en demasía. ¡Que no son zombies, que son humanos que comen carne humana!
Tres cosicas voy a destacar de la peli: la primera, la estupenda fotografía del maestro Aguirresarobe. Este tío es un crack. La segunda, el viaje interno que lleva en proceso el señor Mortensen, aunque se vea dulcificado por su bondadoso hijo. Y la tercera, que, al salir, invita a reflexionar. No quizás por el filme en sí, sino por la temática que trata y algunos aspectos que sí que resalta, aunque, en mi opinión de manera no muy acertada.
En definitiva, una película que me gustó, que me hizo pasar un buen rato en la sala, pero que pronto pasará al olvido... Eso sí, no la volvería a ver, ni en la tele, jejejeje.
1 comentario:
Pues yo no he visto la peli (todavía) pero sí que he leído el libro, y te recomiendo (a ti y a todo el mundo) que lo leas porque es una obra imprescindible de uno de los mayores talentos que ha dado la narrativa estadounidense en los últimos años. No sé cómo se habrá adaptado el relato de McCarthy, aunque es complicado hacerlo sin caer en algún que otro tópico, ya que si de algo anda sobrado el cine americano es de peliculitas catastróficas y apocalípticas; yo sinceramente tengo bastantes esperanzas depositadas en esta peli, o por lo menos tengo mucha curiosidad por ver cómo se ha llevado a la gran pantalla una de las historias que más me inquietó e impactó el año pasado (que fue cuando lo leí). ¡Ah! Enhorabuena por desvelar a la gente la suerte final del protagonista, anda que... Cuídate. Besos.
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