Tiempo de morir, de Louis Aragon.
Un hombre que no tiene imagen. La pérdida de la identidad viene reflejada por el hecho de que el protagonista no refleje su imagen en el espejo. Un hombre que es tres a la vez. ¿Sin imagen y tres? Vaya lío ¿eh? Pero es así, puesto que al final de la novela, tenemos a Anthoine, que es Christian y el escritor a la vez...
Un hombre que narra una historia de amor. Un hombre corroído por los celos. Con un montón de referencias autobiográficas, el autor nos habla de todo esto; pero, a la vez, no nos cuenta nada de esto. Así es, pues los personajes que aparecen son el mismo Louis Aragon y Elsa Triolet (su mujer), y las referencias históricas se nutren de elementos autobiográficos. Así, nos conduce por una historia de amor en la que el personaje está corroído por los celos. Pero, claro, no nos podemos olvidar que escribió esta novela en 1965, dentro de lo que se denomina "realismo social". Pero, lo hace volviendo la mirada a sus orígenes, a ese surrealismo del que fue partícipe dentro del movimiento, con lo que acaba convirtiéndose en una autocrítica que rompe los moldes del realismo.
Una gran obra de un escritor francés de apellido bastante tozudo. Jua jua jua jua... el apellido: Aragon. Dicen que los aragoneses somos bastante cabezotas, c'est à dire, tozudos. ¡Estaba claro!
Tanto que, en esta novela no sólo hace literatura, sino que le da por reflexionar sobre ella. En el relato, intercala tres novelas cortas. Asimismo, el protagonista va contándonos el proceso de creación de su novela. El libro se convierte así en una reflexión crítica del escritor sobre su obra. El mismo Aragon dijo: "escribo un libro sobre la novela que, además, es una novela; una novela que, al propio tiempo, es un espejo..."
Un hombre que narra una historia de amor. Un hombre corroído por los celos. Con un montón de referencias autobiográficas, el autor nos habla de todo esto; pero, a la vez, no nos cuenta nada de esto. Así es, pues los personajes que aparecen son el mismo Louis Aragon y Elsa Triolet (su mujer), y las referencias históricas se nutren de elementos autobiográficos. Así, nos conduce por una historia de amor en la que el personaje está corroído por los celos. Pero, claro, no nos podemos olvidar que escribió esta novela en 1965, dentro de lo que se denomina "realismo social". Pero, lo hace volviendo la mirada a sus orígenes, a ese surrealismo del que fue partícipe dentro del movimiento, con lo que acaba convirtiéndose en una autocrítica que rompe los moldes del realismo.
Una gran obra de un escritor francés de apellido bastante tozudo. Jua jua jua jua... el apellido: Aragon. Dicen que los aragoneses somos bastante cabezotas, c'est à dire, tozudos. ¡Estaba claro!
Tanto que, en esta novela no sólo hace literatura, sino que le da por reflexionar sobre ella. En el relato, intercala tres novelas cortas. Asimismo, el protagonista va contándonos el proceso de creación de su novela. El libro se convierte así en una reflexión crítica del escritor sobre su obra. El mismo Aragon dijo: "escribo un libro sobre la novela que, además, es una novela; una novela que, al propio tiempo, es un espejo..."
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