Íbamos en el metro. Apenas nos conocíamos de nada. Un comentario fortuito nos condujo hasta el primer beso. Juntamos nuestros labios y, dulcemente, acariciamos nuestros cuellos, nuestras mejillas, nuestros livianos cuerpos. El metro paró, se apagó la luz y una avalancha de gente comenzó a empujarnos. Nos soltamos y ella comenzó a alejarse aprisionada entre los cuerpos que, a oscuras, como zombies caminaban. Yo, mientras, también, para mi desgracia, me desplazaba.
-"Te buscaré", gritó ella desde algún punto que se me antojaba lejano.
Se encendió la luz. Estaba en el andén. Miré desconcertado en derredor. Arrancaba el metro y, con él, esa chica que me engatusaba.
Aún no he vuelto a saber de ella...
-"Te buscaré", gritó ella desde algún punto que se me antojaba lejano.
Se encendió la luz. Estaba en el andén. Miré desconcertado en derredor. Arrancaba el metro y, con él, esa chica que me engatusaba.
Aún no he vuelto a saber de ella...
3 comentarios:
En el metro de cualquier ciudad se mezclan todo tipo de energías y a veces esas energías te llevan a soñar con que todo va ir bien.
Estuve por Zaragoza, me hubiera gustado danzar en el Crapulilla pero el horno esta en plena cocción de los bollos.
Abrazos.
Te buscaré:
http://es.youtube.com/watch?v=scYip5QLcNo
Salu2 Córneos.
hola manel, por el krapulilla dancé, pero ya a horas bastante avanzadas. Es lo que tiene currelar hasta las 4 pasadas... Hubiera estado bien encontrarnos, aunque fuera, por las calles de la urbe zaraguayana.
javier ¿me buscarás? jajajaja. Pues a ver si me encuentras, que te debo dos cosillas... o quizás tres.
Saludetes, quillos
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