Al final, ni casa ni borrachera.
Salí a dar una vuelta y me encontré a una linda quillita. Con ella y sus compinches, me fui a bailar. Así que, un poquito de baile y el desahogo de poder hablar aliviaron a este pequeño ser.
Como es costumbre, tras un sueño reparador, me levanto, miro por la ventana y, ahí, está el Sol.
Muchas gracias, quillitas/os por ofrecerme su compañía. Hoy les dedico una amplia sonrisa, espero que la sientan.
¡Que suene la cumbia y el boogaloo!
Salí a dar una vuelta y me encontré a una linda quillita. Con ella y sus compinches, me fui a bailar. Así que, un poquito de baile y el desahogo de poder hablar aliviaron a este pequeño ser.
Como es costumbre, tras un sueño reparador, me levanto, miro por la ventana y, ahí, está el Sol.
Muchas gracias, quillitas/os por ofrecerme su compañía. Hoy les dedico una amplia sonrisa, espero que la sientan.
¡Que suene la cumbia y el boogaloo!
2 comentarios:
Que suerte!!!!!
Yo llevo un mes sin mover el esqueleto.
Disfruta mucho, yo es que lo intento hacer aunque sea un poquito cada día.
Saludos.
¡Ay, quillito! No, no... muy mal. Hay que bailar, que sin baile no hay revolución ni na' de na'.
Disfrutaré to' lo que pueda y más ¡yiiihaaaa! Espero que vos también.
Besicos
Publicar un comentario