Me despertaba con un sueño atroz. Lo mío era de escándalo. Na’ sólo iba a dormir una hora y media y, para colmo, a las 5.30 de la matin me despertó la llamada de un Josepo fiestero que quería saber dónde carajo estaba mi bullarengue. Aún así, me encontraba fuerte, y tomé los apuntes entre mis manos para que me acompañasen guante el trayecto en coche. Enseguida, Cuquito, Lucho y yo llegamos a casa de Carmen. Allá estaba ella y sus dos compinches: joder, si son Diana y María (conocidas con anterioridad en Pirineos Sur). ¡Qué guais! Nada más verlas ya sabía que el día iba a ser estupendo.
Un poquito de The Cat Empire (grupazo muy recomendable) y, posteriormente Chuana y Kuisi Vol. 3, hacían de banda sonora a nuestras conversaciones y a mi pequeño rato de estudio. ¡Qué pronto se llega al Valle de Tena! Lanuza, con el nivel bastante más bajo que en Pirineos Sur, daba una imagen un poco más tristona de la zona. Pero, bueno, el tiempo era soleado y parecía favorable a nuestra expedición.
Tras el desayuno en la gasolinera cercana a Formigal, dejamos el car en el Aparcamiento de abajo, en el Corral deras Mulas, puesto que el Aparcamiento para el acceso a Anayet estaba cerrado. Bueno, habrá que caminar un ratito más…
Al llegar a la zona de los ibones, nos hicimos la foto de rigor: Cuco, Carmen, Lucho y yo, de pie; Diana y María, sentaditas.
Subiendo al Pico de Anayet, se observa el Vértice (que queda a tus espaldas). Ahí vemos a Carmencita y María cómo van subiendo entre las rocas.
Hay un paso un poco difícil; pero, bueno, está la sirga para poder utilizarla de pasamanos. Aquí, Cuco vigila el descenso de María y Carmen.
La ilusión de Carmen de comer pipas en el Pico de Anayet con los pies colgando fue transmitida a toda la expedición. Así que Cuco (haciendo la foto), María, Diana, Carmencita y yo no pudimos resistirnos a la tentación de comer esas pipicas ricas.
Pero, el Pico no sólo deparaba eso, aún quedaba una tradición: el lamentable baile de Cuco y servidor (esta vez acompañados por Lucho). En esta ocasión Rudeboy de los magníficos Dub Incorporation.
Cómo subir sólo al Anayet nos parecía poco, y debido a la cercanía, decidimos que sería buena idea subir también el Vértice. Obviamente, nos hicimos una súper foto de grupo.
Y para comer, no hay mejor sitio que l’Ibonet. Un bañito sin sanguijuelas (no como en el ibón grande), el papeo y la maravillosa vista dominada por el Pico de Anayet.
Al llegar al coche, la ropita limpia. Aunque, ejem, creo que no todos/as tenían algo que ponerse. Así que, el olor a tigre y tigresa se hacía más patente todavía, jajajaja. De nuevo a la gasolinera: Coca-colas, aquarius, cafelito… había que beber y reponer fuerzas. Y, de nuevo a Zaraguaya, a la urbe, a los coches y los ruidos. Besos de despedida para unas (María y Diana), besos de un hasta luego para Carmen. La cena en el Marmara volverá a unirnos.
Mas información en el Blog de Carmeneta
5 comentarios:
Ole! Ole! Ole! ese baile ....
Si es que... cuanto arte desprende Lucho!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
por cierto la cenica genial, que aunque yo dedique el día a otros menesteres "más interesantes", también me la gané...
muackssssssssss
Jajajaja, menos mal que estaba Lucho para perrear que si no... ¡Lamentable! Para el próximo, intentaremos preparar una coreografía. Eso ya puede ser de lo peorcito, jajajaja.
La cena estuvo guachis, la verdad. Hay que repetir más a menudo estas quedadas, que si no nos vemos muy poquito.
Un besote bloc-era
Debo reconocer que cuando vi los altavoces y el iPod casi me caigo larga... ¡¡¡ no me imaginaba todas estas infraestructuras en plena cima !!! La verdad es que es un punto porque ponerle banda sonora a ese momento ya es la guinda...
Pues claro Carmeneta , siempre hay que buscar algo más, un poquito de ritmo sabrosón, sea en la cima, en el cine, en la bici o en el bus. La clave está en poner esa guinda que crea momentos todavía más inolvidables. En eso consiste la vie, en poner gunidas, sea con música, ilusión o una simple sonrisa ;)
Una guinda para vos
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