viernes, 11 de diciembre de 2009

Aurora y el Yeti

Hace ya un time, en Septiembre para ser más preciso, Mariachi marchaba del hogar para compartir vida con el señor Txupez. Era una gran pérdida. No sólo partía una compañera de piso, sino una gran amiga a la que quiero un porronazo. Lo bueno es que se iba acá al ladito. Lo bueno es que lo hacía con una gran quillo al que también quiero un porronsiiito.

Llegaba el momento de buscar una nueva compañera de hogar, alguien con quien compartir no sólo un espacio, sino momentos de la vie. Conocí a una primera quilla, quien, la verdad, era majeta. Al poco rato, conocí a una segunda. Su nombre era Aurora. Una chica de pelo rizado alborotado acababa de entrar por la puerta. Ya, en el primer momento, me dio buena espina. Estuvimos hablando un ratillo. Tomamos una infusión. Cerró la puerta y se marchó. Yo ya lo tenía decidido: ella era nuestra nueva tripulante en este majadero barco. No iba a hablar con nadie más...

Hoy, después de tres meses, sólo puedo señalar que la Diosa de la Fortuna me sonrió. ¡Esta compi de piso es genial!

Nota encontrada en la cesta de Boogaloo

Hacía ya un time, después del regalo-hoja que me hizo (para ser más preciso), que quería escribir esta entrada. Llegué a mi querida Boogaloo y, en la cesta, tenía una nota que me llenaba de ilusión y servía para que sonriese una vez más. Allá, ya sabía que sí, que con aquella elección habíamos acertado.

Llegué de Daroca el Martes. Estábamos en el salón de nuestra casita. De repente, Aurora sacó un regalo. No lo esperaba, así que lo abrí expectante. ¡Era una bolsa de agua caliente! ¡No lo podía creer! Ese extraño artilugio es una de esas vainas que siempre he querido tener. No sé, me parecen kitsch... Era peluda, suave y gris. A mí, mente enferma donde las haya, me recordó entonces a mi querido Yeti, y así la bauticé.

El Yeti

Hacía ya un time, después del regalo-hoja que me hizo (para ser más preciso), que quería escribir esta entrada. Así que, después de obsequiarme con el Yeti, que menos podía hacer...

Gracias, Aurora, por estar por acá, en nuestro (porque también es tuyo), hogar.

4 comentarios:

Sally dijo...

:-)bonito

Lobo dijo...

Gracias a ti y a Conchi que me habéis hecho sentir comodísima desde el principio. Es un placer compartir con vusotros este lindo hogar. Me encanta seguir sorprendiéndome con ambos y ver como va esculpiéndose una relación que me satisface enormemente.
Un abraso enorme!

La Barricada Títeres dijo...

Gracias a vosotros, quillos.

Pase lo que pase, llego a casita y me encuentro un "¿qué tal?", una sonrisa...

Cada amigo representa un mundo dentro de nosotros, un mundo que tal vez no habría nacido si no lo hubíeramos conocido.

Anais Nin
(1903-1977) escritora franco-norteamericana.

No necesito amigos que cambian cuando yo cambio, y asienten cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor.

Plutarco

Gracias por compartir.

closada dijo...

¡¡¡¡¡Éstas son mis chicas!!!!!
Si es que tengo dos compis de hogar que son... ¡la leche, releche!
Besicos, quillitas.