Ayer era la fecha señalada para protestar contra una ordenanza que nuestro querido Ayuntamiento de Zaragoza pretende crear. Al menos, eso dicen... La verdad es que a mí, la falta de documentos o publicaciones oficiales que me ratifiquen este extraño acto carente de racionalidad, me mantiene un poco en vilo; pero, bueno, parece ser que nuestra "sitiada" ciudad va a dejarse llevar por controles sociales excesivamente perjudiciales para el ciudadano. Para que se hagan una idea, la nueva Ordenanza Cívica considera falta grave:
-"Las reuniones o concentraciones en la vía pública, espacio de tránsito o zonas verdes para hacer actividades recreativas (con o sin ingesta de alcohol)."
Además se prohíben las siguientes actividades en la calle:
-"Jugar, patinar, comer y beber (excepto si se hace en las terrazas de los bares), actos lúdicos como malabares, teatro o arte (fuera de los locales reservados a tal efecto), tender la ropa..."
Y un sinfín de conductas cotidianas y no perjudiciales. A mí, sinceramente, me encantaría que desapareciera para siempre la imagen de niños/as jugando en la plaza, correteando, acto tan escalofriante y dañino como el de beber agua o cualquier refresco en pleno verano, con 40 º a la sombra, y las noticias diciendo que hay que tener cuidado con la deshidratación. Ah, y ojo no te comas un helado... delito grave, grave.
Por cierto ¿dejarán correr por la calle? ¿Y en los parques? ¿O habrá que hacerlo en ese montón de sitios públicos habilitados en la ciudad para ese efecto?
¡Ag! Ahora se me tildará de demagogo o alguna pincheputada similar. ¡Pues sí! Lo soy, jajajaja. Igual que tarado, demente, caminante con las manos en lugar de con los pies, parlanchín de tres al cuarto, deambulante vital y, sobre todo, almirante y general al mismo tiempo.
Pero, he de seguir, que me pierdo entre la maleza de mi inoportuna palabrería. Seguimos con las prohibiciones:
-"Repartir octavillas, pegar carteles o pegatinas, colocar pancartas en los balcones o las acampadas en la vía pública sin autorización".
Ahora comprendo que mi madre se escandalizara cuando puse el cartel como homenaje a los Ramones en el balcón de mi casa. Estaba realizando un acto demoníaco...
Y todo ello bajo estas desproporcionadas multas: falta leve hasta 750 € (el salario mínimo interprofesional es de 650€) y la grave hasta 1500€.
Domingo: Concentración
Mariachi se había quedado a dormir en ese colchonsssito del salón que tanta utilidad tiene para nuestros invitados (pronto dejara de usarlo, ya que se va a convertir en nueva inquilina de la "casa de la guasa"), y habíamos decidido despertarnos a las 11.30 para poder asistir a la concentración y realizar alguna de las actividades que, supuestamente, serán penalizadas. ¿Qué haríamos? La respuesta era fácil: comer.
En el chino, un sinfín de productos se extendían ante nuestros ojos. La elección se decantaba hacia la otra actividad que nos daría cierto aliento matutino: beber. En concreto, un delicioso batido de chocolate. Pero, de repente, los vi, estaban allí llamándome, esperando a tener una utilidad para nuestro acto de participación ciudadana. "Mariachi, vamos a coger unos kinder sorpresa: comida y juego al mismo tiempo. Dos en uno, jejejeje".
Llegamos a la Plaza del Pilar y nos sentamos en un banquito perteneciente a uno de esos inmensos maceteros que decoran la plaza. Sacamos el batido y el kinder, acto que supuestamente prohibirá la ordenanza y nos pusimos a hablar y observar: gente saltando a la comba; seres jugando a las cartas; personas comiendo tortilla. Llega el turno de las dulzainas, después de la batukada y el baile. Hay que amenizar estos eventos ¿no?
Mientras estaba sentado, mi apreciación era tan positiva como negativa. Había acudido más gente de la que yo esperaba; pero, menos de la que hubiera deseado. La decepción de la poca participación social de los ciudadanos me invadía: la gente no se moviliza por nada. Una ordenanza que supondría tantos recortes para nuestra libertad en la ciudad que habitamos y no tiene apenas repercusión... Mala vaina esta, mala vaina. No sé qué pasa, pero parece ser que la gente acepta todo, sin reflexionar lo que supone que, de verdad, una ordenanza así pudiera ser aprobada. Luego, cuando las cosas se imponen, vienen los lamentos y las quejas... Pues, entonces, tocará joderse, ¡carajo!
La democracia no sólo es votar, sino participar, tener conciencia social, y si no se sabe, pues es tarea del Estado enseñarlo, ya que debe de preocuparse de que el ciudadano aprenda a hacerlo. Pero, en estos días de capitalismo, de competencia, de individualismo, ya apenas interesa. La pena es que nosotros cerremos los ojos, bajemos las orejas y sigamos pensando que, con acudir a las urnas cada cuatro años, ya ejercemos la democracia. No os olvidéis de ir a votar ¡eh! Que ya no queda na'...
-"Las reuniones o concentraciones en la vía pública, espacio de tránsito o zonas verdes para hacer actividades recreativas (con o sin ingesta de alcohol)."
Además se prohíben las siguientes actividades en la calle:
-"Jugar, patinar, comer y beber (excepto si se hace en las terrazas de los bares), actos lúdicos como malabares, teatro o arte (fuera de los locales reservados a tal efecto), tender la ropa..."
Y un sinfín de conductas cotidianas y no perjudiciales. A mí, sinceramente, me encantaría que desapareciera para siempre la imagen de niños/as jugando en la plaza, correteando, acto tan escalofriante y dañino como el de beber agua o cualquier refresco en pleno verano, con 40 º a la sombra, y las noticias diciendo que hay que tener cuidado con la deshidratación. Ah, y ojo no te comas un helado... delito grave, grave.
Por cierto ¿dejarán correr por la calle? ¿Y en los parques? ¿O habrá que hacerlo en ese montón de sitios públicos habilitados en la ciudad para ese efecto?
¡Ag! Ahora se me tildará de demagogo o alguna pincheputada similar. ¡Pues sí! Lo soy, jajajaja. Igual que tarado, demente, caminante con las manos en lugar de con los pies, parlanchín de tres al cuarto, deambulante vital y, sobre todo, almirante y general al mismo tiempo.
Pero, he de seguir, que me pierdo entre la maleza de mi inoportuna palabrería. Seguimos con las prohibiciones:
-"Repartir octavillas, pegar carteles o pegatinas, colocar pancartas en los balcones o las acampadas en la vía pública sin autorización".
Ahora comprendo que mi madre se escandalizara cuando puse el cartel como homenaje a los Ramones en el balcón de mi casa. Estaba realizando un acto demoníaco...
Y todo ello bajo estas desproporcionadas multas: falta leve hasta 750 € (el salario mínimo interprofesional es de 650€) y la grave hasta 1500€.
Domingo: Concentración
Mariachi se había quedado a dormir en ese colchonsssito del salón que tanta utilidad tiene para nuestros invitados (pronto dejara de usarlo, ya que se va a convertir en nueva inquilina de la "casa de la guasa"), y habíamos decidido despertarnos a las 11.30 para poder asistir a la concentración y realizar alguna de las actividades que, supuestamente, serán penalizadas. ¿Qué haríamos? La respuesta era fácil: comer.
En el chino, un sinfín de productos se extendían ante nuestros ojos. La elección se decantaba hacia la otra actividad que nos daría cierto aliento matutino: beber. En concreto, un delicioso batido de chocolate. Pero, de repente, los vi, estaban allí llamándome, esperando a tener una utilidad para nuestro acto de participación ciudadana. "Mariachi, vamos a coger unos kinder sorpresa: comida y juego al mismo tiempo. Dos en uno, jejejeje".
Llegamos a la Plaza del Pilar y nos sentamos en un banquito perteneciente a uno de esos inmensos maceteros que decoran la plaza. Sacamos el batido y el kinder, acto que supuestamente prohibirá la ordenanza y nos pusimos a hablar y observar: gente saltando a la comba; seres jugando a las cartas; personas comiendo tortilla. Llega el turno de las dulzainas, después de la batukada y el baile. Hay que amenizar estos eventos ¿no?
Mientras estaba sentado, mi apreciación era tan positiva como negativa. Había acudido más gente de la que yo esperaba; pero, menos de la que hubiera deseado. La decepción de la poca participación social de los ciudadanos me invadía: la gente no se moviliza por nada. Una ordenanza que supondría tantos recortes para nuestra libertad en la ciudad que habitamos y no tiene apenas repercusión... Mala vaina esta, mala vaina. No sé qué pasa, pero parece ser que la gente acepta todo, sin reflexionar lo que supone que, de verdad, una ordenanza así pudiera ser aprobada. Luego, cuando las cosas se imponen, vienen los lamentos y las quejas... Pues, entonces, tocará joderse, ¡carajo!
La democracia no sólo es votar, sino participar, tener conciencia social, y si no se sabe, pues es tarea del Estado enseñarlo, ya que debe de preocuparse de que el ciudadano aprenda a hacerlo. Pero, en estos días de capitalismo, de competencia, de individualismo, ya apenas interesa. La pena es que nosotros cerremos los ojos, bajemos las orejas y sigamos pensando que, con acudir a las urnas cada cuatro años, ya ejercemos la democracia. No os olvidéis de ir a votar ¡eh! Que ya no queda na'...
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