Hoy tocaba quitarse el mal sabor de boca que me dejó la película de ayer, así que en mi horario favorito, el de las 22.30 aproximadamente, Mariachi y yo hemos acudido a ver Tierra. En sí, no es más que un documental de la BBC. Sin embargo, tiene algo especial, un punto de narración y de imágenes que llegan, que te mueven por dentro, que hacen que reflexiones y te introduzcas un poquito más en la forma de vida de nuestro planeta.
Ante nosotros, la pantalla nos ofrecía, mes a mes, un recorrido de Norte a Sur, y cómo la magia de las Estaciones va dando vida a las diferentes partes de la Tierra. Y lo hace con una fotografía preciosa, con un ritmo frenético y pausado al mismo tiempo, con la delicia de las bonitas imágenes que nos ofrece nuestro planeta. Elefantes, ballenas, grullas, morsas… van poblando nuestras butacas con sus migraciones, con su búsqueda calor, de agua, de alimento. Imágenes dotadas de hermosura, en momentos sublimes, nos muestran la magia de la Pachamama y su protección a la amplia diversidad de vida que puebla sus cielos, tierras, mares, ríos, océanos…
Pero también nos muestra, tomando como ejemplo más representativo al oso polar, el efecto que la mano del hombre está teniendo en su devenir. El deshielo prematuro causado por el calentamiento es terrible y, con él la muerte del oso, débil, incapaz de cazar, de encontrar alimento me pone los ojos vidriosos. Sólo con mi querido plantígrado blanco, nos enseña lo que nuestra poca conciencia puede llegar a producir: la extinción de numerosas especies. Y considero que lo llega a presentar de manera inteligente, pues después de mostrar al espectador tanta belleza, tanto sacrificio, tanta biodiversidad necesaria, advierte de las consecuencias del cambio climático. No, no puede perderse toda esa riqueza…
Así que salí de la película, monté en mi velocípedo y me aproximé hacia el hogar. Considero que la bicicleta es el mejor medio de transporte en la ciudad, pues, a parte de no contaminar, es bueno para la salud de quien la dirige. No obstante, y que quede claro de una vez, yo no estoy en contra del coche; pero sí de su uso irresponsable. ¡Joder! No cuesta nada compartirlo (y no ver siempre al conductor solo al volante, sin ningún otro acompañante), como tampoco cuesta utilizarlo sólo para trayectos más o menos largos (y no para “dar la vuelta a la manzana”), e imprescindibles.
Así que, mientras pedaleaba una idea me vino a la cabeza: ¿Cómo va a preocuparse el ser humano de cuidar a la naturaleza si el individuo es incapaz de cuidarse a sí mismo?
¡Uy! Que me voy por las ramas… En definitiva: Una película que no debéis perderos. Y si no está en vuestro pueblo o ciudad, os desplazáis, ¡que carajo!
1 comentario:
A mi me mola la pelicula que se llama igual. Esa en que salen Silke y Enma Suarez en torridas escenas
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