jueves, 29 de noviembre de 2007

Ausencia

Ayer salí del recinto y me sentía tan vulnerable...

Ayer me apetecía llamarte, pero lo tenía "prohibido".
Ayer, a pesar de la lucha, te alejabas un poco más.
Hoy, más sereno, volvía yo a acercarte.
Hoy, más reflexivo, volvía a luchar por un futuro presente.

Pero, por desgracia, estas espinas clavadas hacen heridas quizás incurables.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Intentamos que cicatricen un poquito con unas cervezas esta noche? Es un apaño bastante burdo pero bueno... a las 21:00 horas, en la Albada...

Javier López Clemente dijo...

Es cierto, algunas heridas no cicatrizan jamás, dejan de sangrar, nos olvidamos de ellas pero cuando menos te lo esperas, zas, vuelven las muy jodidas.

Aprender a vivir con ellas, no queda otra.

Salu2 Córneos y esta noche me bebo una copa de vino por tus penas compañero.

closada dijo...

Carmeneta, esta nuit marcho a la Pulquería; pero, si puedo, paso a las 9 por l'Albada a echar un saludete. Y, si no, después. Cervecicas, caer, caerán... jejeje

javier, el quillo córneo, la chingada es que yo me acostumbro enseguida a vivir con ellas, con lo cual no me preocupan en absoluto. Pero, en este caso no es lo que quiero, porque mantengo una lucha para no acostumbrarme. Así que, o se es fuerte y risueño como yo, o estás chingao. Jajajaja.
Ah, pero bébete ese vino, que yo también lo haré. Hoy La Pulquería y la posterior juerga. ¡Oe, oe, oe!

scotty dijo...

¡¡¡Y bailaremos con los mueeeeertos hasta ver el soool naseeeeer!!!!!