martes, 5 de octubre de 2010

Cajeros

Grafito en Coimbra

Nos pidió, esta nuit, una mujer, ayuda para entrar un carro de la compra lleno de enseres al interior de un cajero. Marta le sujetó la puerta. Yo le ayudé a levantar el carro. Nos dio las gracias. Nos alejamos...


Marché hacia mi casa pedaleando sobre mi querida Boogaloo. Pasé por más cajeros. En unos, gente durmiendo. En otros, cartones, todavía vacíos, extendidos sobre el piso embaldosado. Y, en algunos, bolsas de deporte llenas y, en su cercanía, varias personas charlando.

Pensé en lo cotidiana que se ha convertido esta imagen. Pensé en las consecuencias que tiene esta mierda de sistema económico que no hace más que acentuar las desigualdades y generar más y más gente en riesgo de exclusión social. Unos pocos forrándose mientras otros, muchos, resisten en la gran chingada.

Hasta cuándo...

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