Visionador de pocas comedias, asistí con Marta al cinema para ver Que se mueran los feos. Quizás era por haber rememorado en mi mente la famosa canción de Los Sirex lo que me atrajo de esta película, no lo sé; pero, me apetecía ver qué me ofrecía. Cuando acudí a la sala no sabía que su director era Nacho G. Velilla. De hecho, no sabía ni que existía este tipo y, por lo tanto, que había filmado anteriormente Fuera de carta (filme que no he visto, ni me apetece ver, la verdad). Cuando acudí a la sala, sólo sabía que actuaba el señor Cámara, porque (confieso), tampoco sabía quién carajo era Carmen Machi (aunque sí que conocía la existencia de Aida).
¡Ah! Se me olvidaba. También tiene mucho que ver, para acudir al cinema, que saliese en ella el quillico que lleva el Albergue de Siresa, con quien estuvimos hablando y a quien le dijimos que iríamos a verla... Creo que ésta fue la verdadera razón, jajajaja.
La película, pues no está mal. Una comedia que entretiene y con la que echarse unas buenas risas. Una sucesión de situaciones cómicas, algunas con gracia y otras no, que van entrelazándose para conformar una comedia romántica (de esas de libro), inserta de lleno en el ámbito rural. Lo bueno, que ésta si me hizo gracia, quizás porque las situaciones son más patéticas y más irrisorias, quizás porque la risa de Marta es contagiosa y me enganchaba enseguida. Seguramente, por las dos cosas a la vez.
No puedo terminar sin referirme a un suceso paranormal. Por primera vez, en la mía vida, veía a Hugo Silva en una pantalla (tanto grande como pequeña) ¡Éste es el fenómeno paranormal! Y, sinceramente, creo que es de lo peorcico que he visto... ¡Horrible! Malo, no... RE-MALO. Por otro lado, Julián López, en el papel de tontico, es para troncharse de la risa. Este tipo, es muy gracioso... jejejeje.
Bueno, que aunque no sea ¡la hostia puta de película!, sin duda se echarán unas risas y pasarán un rato la mar de divertido. Yo, al menos, me lo bastante bien...
¡Ah! Se me olvidaba. También tiene mucho que ver, para acudir al cinema, que saliese en ella el quillico que lleva el Albergue de Siresa, con quien estuvimos hablando y a quien le dijimos que iríamos a verla... Creo que ésta fue la verdadera razón, jajajaja.
La película, pues no está mal. Una comedia que entretiene y con la que echarse unas buenas risas. Una sucesión de situaciones cómicas, algunas con gracia y otras no, que van entrelazándose para conformar una comedia romántica (de esas de libro), inserta de lleno en el ámbito rural. Lo bueno, que ésta si me hizo gracia, quizás porque las situaciones son más patéticas y más irrisorias, quizás porque la risa de Marta es contagiosa y me enganchaba enseguida. Seguramente, por las dos cosas a la vez.
No puedo terminar sin referirme a un suceso paranormal. Por primera vez, en la mía vida, veía a Hugo Silva en una pantalla (tanto grande como pequeña) ¡Éste es el fenómeno paranormal! Y, sinceramente, creo que es de lo peorcico que he visto... ¡Horrible! Malo, no... RE-MALO. Por otro lado, Julián López, en el papel de tontico, es para troncharse de la risa. Este tipo, es muy gracioso... jejejeje.
Bueno, que aunque no sea ¡la hostia puta de película!, sin duda se echarán unas risas y pasarán un rato la mar de divertido. Yo, al menos, me lo bastante bien...
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