Sherlock Holmes

Ayer fui a ver la película de Sherlock Holmes, de un tal Guy Ritchie. Como apenas sé nada de este célebre detective, he decidido informarme, por medio de Wikipedia sobre algunas características de este personaje y poder hacerme una idea de cómo quedaba resuelto en el filme. Así que encontré esto:

"No es muy ordenado en la rutina cotidiana, es muy habilidoso disfrazándose, fuma en pipa, le gustan las galletas, toca el violín (un Stradivarius, y a menudo a horas poco adecuadas) con maestría, es un experto apicultor, excelente boxeador, tiene un gran conocimiento científico, en especial en química, y, cuando se aburre por falta de los retos intelectuales que suponen sus casos, consume cocaína en una solución al 7% (esto sólo se menciona en el libro El signo de los cuatro, publicada en 1890), la cual deja gracias a la insistencia de Watson, con quien vive hasta finales del siglo XIX en el número 221B Baker Street, en Londres".

Si nos ceñimos a esta reseña, el personaje está bastante bien caracterizado en la película, pues aparecen todas y cada una de estas facetas. Quizás, hay dos puntos que debieran reseñarse como aspecto muy negativo:

1) Excelente boxeador. Realmente no lo sé, porque no he leído ninguna de las novelas. Pero, dudo mucho que, en ellas, se enfatice tanto esta cualidad. Es decir, dudo mucho que en alguna de las novelas, la mitad de lo narrado sean peleas. Buuuf, demasiadas peleas, y demasiado largas, para mi gusto. Obviamente, el hecho de que nos encontremos ante una película de acción y aventuras, ha llevado al director y al guionista a introducir tantas y tantas escenas de lucha.

2) Consumo de cocaína. Dos posibilidades: la primera, que sitúe la acción después de que Watson haya convencido a Sherlock para que dejase esta adicción. La segunda, y más probable, es que no sea políticamente correcto mostrar esa drogadicción en el personaje de Sherlock en una película taquillera y destinada a todos los públicos. En cambio, recordemos que en la Inglaterra del Siglo XIX, ésta veía en el opio un mercado ideal, lo que provocó las dos Guerras del Opio con China, al tiempo que muchos de sus soldados (incluidos los que volvieron al Reino Unido después de las guerras), eran adictos a citada droga. Así que, en el momento en que se sitúa nuestro detective, no resultaba tan extraño que éste tuviese ese vicio.

En cuanto a la película en sí... pues bueno, entretenida, sin más. Divertida en algunos momentos por los piques entre Watson y Sherlock; entretenida por algunos momentos de acción, que, todo hay que decirlo, acaban cansando; soporífera en las escenas de lucha y boxeo, demasiado largas y fuera de lugar; insulsa, en cuanto al caso, bastante grandilocuente y con demasiada parafernalia, al tiempo que poco creíble (esa máquina de destrucción masiva del final...). Así, la película, va decreciendo en interés, aunque no cansa por los momentos divertidos que se van introduciendo y las ganas de saber la solución a semejante entuerto.

El guión... flojillo, la verdad. Las interpretaciones... pues está doblada, que le vamos a hacer. Eso sí, el malo, maloso, es irrisorio. No tiene nada de presencia. La recreación decimonónica... realmente colosal ¡lo mejor! Los efectos especiales... me cansan en demasía. Esos movimientos rápidos que vibran... ¡no puedo con ellos! Y las peleas tipo matrix ¡buuuuf!

La jodienda es que nos dejan con un tal Moriarty dando mal y, ahora, a pesar de que no volvería a ver una película aislada de este señor, quiero saber que carajo trama ese quillo y marcharé a ver la segunda parte.

Por cierto, a ver si queda claro de una vez. El señor Sherlock Holmes llega a sus conclusiones por INDUCCIÓN, no por deducción.