
Allí, saqué las entradas para el concierto del Sábado. Volví a cruzar la calzada y me dirigí hacia casa. Iba pensando en la casualidad de haberme encontrado, en tan solo cinco minutos, a Mariachi, Ruth, Ana, Vanessa, María y Fernando. Había caminado apenas doscientos metros. Sonó el movil y escuché la voz de Marta. Pero, carajo, al otro lado de la calle estaba Laura, con quien tenía que hablar urgentemente.
Tras unos minutos, dejé a Laura, retrocedí un poco mi camino para comprar pan. Salí del "chino" y me dirigí de nuevo al hogar. Diviso un coche parado. Miro a su interior y veo otro rostro amigo. Beso con cariño a Clarita, siempre con su sonrisa, y permanezco charrando junto a la ventanilla un rato.
Por fin llego a casa. Allí, está la Conchi, pero no está sola, sino con Jorge. Lo vi hace unos días, ambos con nuestras bicis por la urbe intentando llegar al mismo destino. Cierran la puerta.
Fin
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