Agotaíto

Sí, estoy realmente cansado. Hacía tiempo que el cuerpo no me pesaba tanto, que no me costaba tanto abrir los ojos, que pedalear por la urbe se me hacía tan cuesta arriba... Necesito que llegue Semana Santa y viajar. Desconectar y hacer que mi mente y mi cuerpo se relajen de tanto ajetreo.

Después de una semana de: Martes, Miércoles y Jueves, prácticas en Médicos del Mundo por la mañana y trabajo por la tarde: Viernes, Sábado y Domingo, trabajo de mañanita y de tarde; limpieza de galería en los pocos ratos libres del fin de semana (es decir, por la noche); reunión en SOS Racismo y limpieza de habitación el Lunes; madrugón para ir al hospital porque operaban hoy al marido de mi madre de cáncer en la laringe; comer fuera e ir a trabajar... Y a todo ello, si se suma que no estoy ni en mi casa (sólo puedo ir a comer), ni en la de mi madre (sólo vengo para dormir), quien está en su sillica de ruedas desde la operación de rodilla... ¡No pueeeeedooooo más!

Afortunadamente tengo la asombrosa capacidad de no agobiarme, que si no me da un jamacuco. Afortunadamente, me das fuerzas y me ayudas a desconectar de tanta vaina agolpada en mi devenir vital.