Ahora, ya casi de noche y después de haber pasado el día por la urbe zaragozana, y aunque sin muchas ganas, voy a escribir la última de esas cosillas que me pasan con mi súper car.
El Viernes noche nos dirigimos a Nerín. Esa noche ya había concierticos, así que esperé a que saliera Mariachi del currele y, junto con María, marchamos destino a Nerín. De noche, por una carretera final del infierno, los bajos del coche chocaron con algo...
Nada más llegar, montamos las tiendas, cenamos, saludamos al personal y fuimos a la "carpa dance". Como pueden imaginar, fue noche de diversión y de baile.
El Viernes noche nos dirigimos a Nerín. Esa noche ya había concierticos, así que esperé a que saliera Mariachi del currele y, junto con María, marchamos destino a Nerín. De noche, por una carretera final del infierno, los bajos del coche chocaron con algo...
Nada más llegar, montamos las tiendas, cenamos, saludamos al personal y fuimos a la "carpa dance". Como pueden imaginar, fue noche de diversión y de baile.
El sábado era el día grande. Estábamos un poco cansados, pero sabíamos que la noche nos traería más diversión. A las cinco de la tarde, empezó la patxaranada. El orden de los pinchadiscos se vio alterado. De hecho, prácticamente solo pinchamos el pequeño George y yo, mientras la peña bailaba. ¡Existen documentos visuales! Ya están en el Youtube; pero también, pronto, en el blog de carmeneta. Bueno, allá ya se pueden ver las fotos que realizó ella.
Después, más conciertitos. Mucho más baile y mucha más diversión. También, una especie de reencuentro y la alegría de haberme sentido bien a gustito.
El Domingo había que regresar. El ruido, infernal. Era el tubo de escape, bien partidito él. Había sido el golpe, ese maldito golpe... Llegamos a Zaraguaya echos polvo y con el coche roto, contaminando acústicamente y con el maldito CO2 por las nubes... Por ello, lo aparco en un sitio donde no se puede con la intención de levantarme pronto y llevarlo al taller. Mas, la diosa fortuna no volvió a acompañarme y la policía madrugó más.
Isa se nos va a Perú 3 meses. La vimos en la estación, junto con Pilar, alejándose hacia las vías del tren. Yo también me quiero ir... Menos mal que hasta Febrero no queda na'.
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