Después de un día un tanto aciago, llegaba la noche y, con ella, las carrera nocturna por la ribera del Ebro. Tras la cenita improvisada, que mejor que visualizar una película. Como suele ser costumbre, la indecisión está presente de nuevo. Mas, finalmente, decidimos introducir el DVD del Verano de Kikujiro, película que me había comprado hace tiempo pero que aún no había visionado.
Lo primero que llamaba la atención era que no estaba ante otra película violenta del gran Takeshi, sino todo lo contrario. Era intimista, cómica, deliciosa... con momentos oníricos que me trasportaban a extraños, pero agradables, sueños. Ante mí, se "proyectaba" una road movie en la que un pícaro y "duro" señor acompaña a un inocente niño en la búsqueda de su madre. En el camino, embarazosas y divertidas situaciones se van entrelazando para ir avanzando hacia, por un lado, la búsqueda de la madre y el regreso a casa, por parte del niño; por otro, hacia la retirada de máscaras de Kikujiro, ese rudo señor mal hablado y chulesco que, en realidad, es un pícaro de poca monta, jejejeje.
Al terminar la película, yo también deseaba tener alas blancas de ángel y poder volar, volar alto y mirar desde el cielo... me imaginaba sonriendo y pasando entre las sedosas nubes que estremecerían mi cuerpo con sus suspendidas gotas vaporosas.
Que gran película. Creo que no tardaré en volver a verla...
Lo primero que llamaba la atención era que no estaba ante otra película violenta del gran Takeshi, sino todo lo contrario. Era intimista, cómica, deliciosa... con momentos oníricos que me trasportaban a extraños, pero agradables, sueños. Ante mí, se "proyectaba" una road movie en la que un pícaro y "duro" señor acompaña a un inocente niño en la búsqueda de su madre. En el camino, embarazosas y divertidas situaciones se van entrelazando para ir avanzando hacia, por un lado, la búsqueda de la madre y el regreso a casa, por parte del niño; por otro, hacia la retirada de máscaras de Kikujiro, ese rudo señor mal hablado y chulesco que, en realidad, es un pícaro de poca monta, jejejeje.
Al terminar la película, yo también deseaba tener alas blancas de ángel y poder volar, volar alto y mirar desde el cielo... me imaginaba sonriendo y pasando entre las sedosas nubes que estremecerían mi cuerpo con sus suspendidas gotas vaporosas.
Que gran película. Creo que no tardaré en volver a verla...
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