Hoy, y que mejor día que hoy, me han dado una noticia estupenda. La mejor que podían darme. Ha sido tan maravillosa que las lágrimas han recorrido mi rostro de la emoción, de la ilusión, de la esperanza (y seguridad), de que seguirá mejorando. Es un regalo para ti, pero también para mí.
Felicidades por partida doble. Mil besos, uno especialmente dedicado a ti.
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