Verano en vaqueros

Hoy, en El Dado, terminé de leer Segundo verano en vaqueros, de Ann Brashares. Cuando inicié Verano en vaqueros, no sabía de qué carajo iba; sin embargo, ya había alguna quillita que había visto la película. - "No, el libro no me lo voy a leer, que me aburre..." Fue lo que me contestó al animarle a hacerlo. - "No sabes lo que dices".

Verano en vaqueros se inicia con la realización de un pacto, de una promesa de amistad, de una ceremonia en torno a unos pantalones vaqueros que, por arte de magia, sienta bien a las cuatro amigas teenagers que formarán parte de un recién creado clan: Carmen, Bridget, Tibby y Lena. Cada una irá recibiendo el pantalón por un periodo de tiempo del Verano, convirtiéndose éste en nexo de unión entre las compinches. Así, con cada una de las historias que vivirán las quillicas, reflexionará sobre la amistad, el amor, la familia, la labora, la superación, la muerte...

Después de leer el primero, obviamente, tocaba el Segundo verano en vaqueros. Seguía donde lo había dejado el anterior, pero en éste parecía que los pantalones (o quizás eran las chicas), habían perdido su magia. Los temas tratados eran los mismos, pero esta segunda entrega, no se ciñe sólo a las jóvenes quillicas, sino que a través de la relación con sus madres (o abuela), adquieren éstas mayor protagonismo.

Un libros interesantes, de fácil lectura y recomendados para todos los públicos.