Mariachi "timbró" en el portero automático:
-"Christian, baja a quitar tu bici que están cambiando la señal..."
Corrí a por la cámara, me asomé a la ventana y disparé una foto. Quería guardar ese momento en que dos quillos estaban, con mi pequeña Boogaloo encadenada, picando alrededor de la señal para quitarla.
Abrí la "U" y desplacé a Boogaloo hasta el nuevo (lo he descubierto hoy), aparcamiento para velocípedos que han puesto, al otro lado de San Vicente de Paul [McCartney], en la calle Palafox.
Al regresar a casa, volví a tomar la cámara entre mis manos. Atónito, observé como movían la señal de lado a lado, muy bruscamente, intentando arrancarla, para ver si lograban sustraerla de su agujerito. Pensé que si llega a estar allá Boogaloo, amarradita, la habrían destrozado enterita... Una vez extraída la señal, volví a apretar el botón.
Marché a mi habitación. Iba a seguir trabajando un poco en la Web. Mas, una duda cernía sobre mi cabeza. Volví a coger la cámara y me asomé a la ventana. Una nueva señal estaba recién puesta donde se ubicaba la otra. Pense que si llega a estar allá Boogaloo, amarradita, ahora estaría apoyada en la pared, puesto que para que se secase el cemento, obviamente, no dejarían una bici apoyada en la nueva señal. De esta manera, aunque atada, fácilmente quedaría a disposición de cualquiera que pasara por allá...
Ahora que hay aparcamiento, ya no volveré a dejar allí a Boogaloo. No creo que les de por cambiar el aparcamiento sin avisar. Aunque, quien sabe, en esta ciudad siempre se hacen las cosas tan mal...
-"Christian, baja a quitar tu bici que están cambiando la señal..."
Corrí a por la cámara, me asomé a la ventana y disparé una foto. Quería guardar ese momento en que dos quillos estaban, con mi pequeña Boogaloo encadenada, picando alrededor de la señal para quitarla.
Abrí la "U" y desplacé a Boogaloo hasta el nuevo (lo he descubierto hoy), aparcamiento para velocípedos que han puesto, al otro lado de San Vicente de Paul [McCartney], en la calle Palafox.
Al regresar a casa, volví a tomar la cámara entre mis manos. Atónito, observé como movían la señal de lado a lado, muy bruscamente, intentando arrancarla, para ver si lograban sustraerla de su agujerito. Pensé que si llega a estar allá Boogaloo, amarradita, la habrían destrozado enterita... Una vez extraída la señal, volví a apretar el botón.
Marché a mi habitación. Iba a seguir trabajando un poco en la Web. Mas, una duda cernía sobre mi cabeza. Volví a coger la cámara y me asomé a la ventana. Una nueva señal estaba recién puesta donde se ubicaba la otra. Pense que si llega a estar allá Boogaloo, amarradita, ahora estaría apoyada en la pared, puesto que para que se secase el cemento, obviamente, no dejarían una bici apoyada en la nueva señal. De esta manera, aunque atada, fácilmente quedaría a disposición de cualquiera que pasara por allá...
Ahora que hay aparcamiento, ya no volveré a dejar allí a Boogaloo. No creo que les de por cambiar el aparcamiento sin avisar. Aunque, quien sabe, en esta ciudad siempre se hacen las cosas tan mal...
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