Otro de los libros que leí en Verano fue Melusina, una historia de amor narrada por este escritor que conocí gracias al gran Henry Miller:
"En el corto intervalo de unos meses invernales, entre las frías paredes de una mansión de Munich, se decide el destino de dos seres que viven la dulzura de un naciente amor y la cruel amargura de su ocaso".
Sí, quillitos/as, acaba con la renuncia del amor, y lo hace por los celos, las dudas y la pasión de los amantes. Como siempre he creído y señalado, los celos y las dudas son dos grandes lacras para las relaciones. Hace tiempo que deseché ambas cosas, porque sólo llevan a la desesperación y a tirar por tierra lo que posiblemente podría ser una bonita historia... En cambio, la pasión, ¡ay, la pasión!
Dos extractos:
"Así será mientras el mundo exista: el odio y el amor van siempre unidos, estrechamente hermanados".
"Puede creerse uno seguro y feliz junto al hogar; pero basta una sola chispa de la tempestad para que todo se convierta en cenizas".
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