martes, 26 de agosto de 2008

Melusina, de Jacob Wassermann


Otro de los libros que leí en Verano fue Melusina, una historia de amor narrada por este escritor que conocí gracias al gran Henry Miller:

"En el corto intervalo de unos meses invernales, entre las frías paredes de una mansión de Munich, se decide el destino de dos seres que viven la dulzura de un naciente amor y la cruel amargura de su ocaso".


Sí, quillitos/as, acaba con la renuncia del amor, y lo hace por los celos, las dudas y la pasión de los amantes. Como siempre he creído y señalado, los celos y las dudas son dos grandes lacras para las relaciones. Hace tiempo que deseché ambas cosas, porque sólo llevan a la desesperación y a tirar por tierra lo que posiblemente podría ser una bonita historia... En cambio, la pasión, ¡ay, la pasión!

Dos extractos:

"Así será mientras el mundo exista: el odio y el amor van siempre unidos, estrechamente hermanados".

"Puede creerse uno seguro y feliz junto al hogar; pero basta una sola chispa de la tempestad para que todo se convierta en cenizas".

No hay comentarios: