lunes, 30 de noviembre de 2009

Veintidos impresiones de Granada

"Martita Seis Dedos" con el librico de Borrás
Decido ponerme el CD de El Agua de la Alhambra para que me vuelva a llevar, con su sonido, a la ciudad donde pudimos contemplar tan hermoso monumento...

1. El conductor del autobús que nos llevó desde Madrid a Granada, por su simpatía y alegría, y por los caramelos que nos pasó al terminar la película. "Les avizo que llorarán, que yo lloré...", decía antes de poner la película. "Ven cómo iban a llorá... voy a pasar una bolsa de caramelo pa' que pacen el mal trago..." ¡Un quillo muy crack!

2. Los lloriqueos de Marta al terminar una horrible película sobre un perro que lo único que hace es dar mal a todas horas. Repetitiva e insustancial, de ella había señalado Marta que "era un rollo y que pasaba todo el rato lo mismo". Vamos que era imposible engancharse a semejante peñazo. En el entierro del perro, ver a Marta lloriqueando, después de sus palabras, me hizo mucha gracia.

3. El "pasillo del terror" del Albergue Juvenil de Granada. Largo como el de El resplandor y oscuro por las noches, al fondo una puerta de cristal permitía que se formasen sombras en el interior. Como soy un poco chinchillas, siempre que llegábamos me dedicaba a dar miedo a Marta ¡malooooo, soy malooooo!

4. Los desayunos en el albergue ¡Yuuuuum! Tostaditas con aceite, tomatico y sal... el zumico de naranja, el colacao y un bollo dulce para cerrar... Una buena manera de iniciar el día.

5. El movimiento de las camas todas las noches (y todas las mañanas), para poder dormir junticos, cogidicos de la mano.

6. La quilla del kiosko de la oficina de turismo, para la que las cosas más importantes de Granada estaban encima de su cabeza... Y su memorable frase: "pueden ir al Muceo de Historia, donde hay perzonaje histórico y, entonce... van dizfrazao y ce vizten de... coza, vamo..." De verdad, no he visto en mi vida a una quilla en una Oficina de Turismo tan simpática y agradable. Así da gusto. Gracias, quillita.

7. Las tapitas que ponen con las consumiciones... ¡Qué gran invento!

8. La riquísima parrillada argentina que nos metimos entre pecho y espalda. ¡Si nos sobró algún trocito y to'!
9. La comida tan rica que nos compramos en una tienda de productos ecológicos, que la ponían para llevar en unas barcas hechas con madera de pino ¡Deliciosa!
10. Los ricos helados que nos pipamos y cómo los disfrutamos.
11. Ver (y leer), por primera vez en mi vida, "Mini Market"
12. Los grafitis del "Niño de las pinturas"
13. La visita a la Alhambra, que la realizamos con el libro que me compré cuando estudié Arte Musulman e Hispanomusulmán de mi profe Gonzalo Borrás. Sin duda una de las construcciones más preciosas que he visto en mi vida. Era como estar en el Paraíso... y nos tuvimos que marchar de él.
14. El recóndito buzón donde echamos las postales para Lola y Mariachi. "Les llegarán más tarde", decía Martita. La verdad es que estaba lejos de todo, pero bueno, el lugar bien merecía la pena.

15. La pesadilla de tener que esquivar y repetir mil veces "no" a las quillas con su rama de ¿tomillo? que te "regalaban", para luego cogerte la mano, leerte el futuro y pedirte dinero por eso. Por desgracia, vimos cómo había gente que picaba en tan conocida picaresca.

16. Nuestra noche de marchucón: Por el ¿Makoke?, bar de reggae donde empezamos nuestra noche de rumbeo loco y "El Crepúsculo" (imposible recordar su auténtico nombre), donde casualmente estaba pinchando un quillo con música muy parecida a la que poníamos en el Calaveras y Diablillos; por la gente tan majeta que conocimos esa noche; y por La diversión sin límite en nuestro regreso hacia el albergue.

17. La exposición de Graciela Iturbide, una fotógrafa mexicana con una obra bien interesante.
18. El Manila, una cafetería que descubrimos una tarde y que nos encantó. No sólo por cómo estaba concebida, sino porque la llevaba un quillo italiano bien majete y agradable.
19. Los paseos por el Albaicín, el Sacromonte y el Centro de la ciudad, sin parar de disfrutar de cada paso que dábamos.
20. El divertido inicio de fiesta de la Facultad de ¿Medicina? que presenciamos, con vuelos desde un monumento y todo.

21. Ver cómo ponen Sherk 3 (es conocida mi fobia a esta trilogía), en el trayecto de Granada a Madrid y, posteriormente, en el autobús de Madrid a Zaragoza. ¡Pónganse de acuerdo, carajo!

22. Estar sentado en el autobús de regreso y sentir la felicidad de tener a mi lado a Marta, de haber podido compartir con ella este viaje a una ciudad que quería conocer desde hace tanto tiempo.

Un inmenso placer descubrirla con vos...

viernes, 27 de noviembre de 2009

Príncipe Humperdinck

"Es maaaaaalo. Va de príncipe noble por la vida, pero en realidad su única obsesión es entrar en guerra con el país vecino, sabrá dios por qué. Para conseguir sus fines es capaz de buscar a la doncella más hermosa de su reino y obligarla a prometerse con él, para que al aparecer muerta, el pueblo se conmueva más y clame venganza contra sus enemigos ancestrales. Su retorcido ingenio, no obstante, no es rival para el del siempre perfecto Westley, que logra vencerlo aprovechándose de la cobardía originada por la comodidad con la que siempre ha vivido".

Texto e imagen extraídos de: http://ruta42.blogspot.com/2009/10/panteon-de-personajes-ilustres-el.html

Pues sí, quillitos y quillitas. Éste, voy a ser yo (bueno soy ya), en esa pedaaaazo de obra que pronto se estrenará. El de la película, no es tan sexy y elegante como yo, así que no hay comparación, jajajaja. ¡Qué se le va a hacer! De acá, al estrella[t]do...

martes, 24 de noviembre de 2009

Cena de Eliseo Godoy. 20 años después

En la foto, todos/as los/as que acudimos (faltan Miguel Ángel Colas, David Monreal, "Tocho", Sergio Contreras, Javier Villuendas, María Martínez y Jesús Gadea, que fueron despidiéndose y apareciendo durante la noche)

Me encontré a ma cherie Cecilia. Cómo no, yo había perdido su número de teléfono, así que volví a pedírselo. Sin duda, ese encuentro no era arbitrario, estaba preparado de antemano por el extraño embrujo del Eliseo Godoy.

A los días, y de eso ya hace un mes, me llegó un mensaje: "Mándame tu e-mail. Se está organizando una cena..." A los dos días, un mensaje en mi correo "eléctrico" me informaba de la posibilidad de juntarnos a cenar, después de 20 años, aquellos/as quillicos/as del 75 que hicieron juntos/as aquel lejano 8º de EGB en el Colegio Público Eliseo Godoy. Algo grande se estaba cociendo y, afortunadamente, me encontraba entre sus ingredientes.

No había ninguna duda, ese extraño embrujo existía y volvía a hacerse presente: A tan sólo una semana para el evento, me encuentro a Diego Conget. Otro quillo más que se vendrá a cenar.

Salí presuroso del trabajo. Me acerqué con la duda de cómo carajo sería el recibimiento. Me preocupaba que fuese frío. Un apretón de manos y un "qué tal"... Habían pasado 20 años y, ¡carajo!, nos volvíamos a encontrar. La ilusión estaba en todo mi pequeño ser y, de camino, tan sólo me preocupaba cómo sería el recibimiento. Al entrar, todas mis dudas se disiparon. La sonrisa, la ilusión, la emoción de tan esperado encuentro estaba patente en cada uno de los que ya estaban allá presentes. Eran abrazos lo que me esperaban, eran ojos y miradas que delataban la más sincera alegría de volver a vernos... Sabía que era el comienzo de una noche especial.

Poco a poco fue llegando la gente. Las conversaciones fluían y se hacían cercanas con continuas muestras de afecto. Poco a poco iba llegando la gente y yo, a cada minuto que pasaba, estaba más contento. Era casi increíble volver a estar al lado de aquellos/as que compartieron clase, comedor, patio, conmigo.

La cena, allá estaba. Poco podíamos llevarnos a la boca. Estábamos a otra cosa. Estábamos en los recuerdos, en las novedades. Estábamos viajando entre el pasado y el presente, como si cada segundo fuera insuficiente. Y con el postre, la diosa de la fortuna nos quiso jugar una mala pasada: el abuelo de David acababa de fallecer. "Tocho" y él, tuvieron que partir. Sé que a los dos les hubiera encantado seguir. ¡Puta chingada, joder!

María nos había preparado una sorpresa: la foto de 8º de EGB. Ésta nos proporcionó un momento estelar, puesto que Jorge, gran maestro de ceremonias, nos apremió para intentar nombrar a todos/as y cada uno/a de los/as que aparecían en la foto. ¡Brutal!

Seguía avanzando la noche. Mientras unos/as se iban, otros nuevos aparecían. El embrujo seguía presente y haciendo de las suyas... Nos vamos al Centric, que está trabajando Jesús Gadea. Si él no puede venir, por supuesto, nosotros/as nos acercaremos hasta él.

Pasaban las horas y, por desgracia, cada vez era más consciente de que esa noche acabaría. Cerraron el Centric y nuestros pasos iban destinados a la Oasis. Ya en Cesar Augusto, noté el cansancio en mi cuerpo. Me despedí de aquellos/as que habían quedado rezagados... algo en mí no quería tener que decir adiós al resto. Los tenía bien cerquita, pero esa despedida definitiva, para mí, iba a romper el embrujo. Decidí marchar al hogar sin tener que cerrar la noche. Los pasos me llevaban a mi hogar. Mi mente me llevaba a la inolvidable noche que había pasado. No me había despedido porque no quería pensar que sería otro adiós, no quería pensar que serían otros veinte años sin saber de los demás. Era una chorrada, pero no quería que desapareciese la magia, así, sin más...

Gracias a todos/as los/as que compartisteis la noche conmigo. Les agradezco en el alma tanta ilusión y cercanía.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Una Jirafa. Poema visual de Luis Buñuel visto por 21 artistas aragoneses

El próximo día 26 de Noviembre, en la Biblioteca Pública María Moliner de Zaragoza(Plaza san Agustín), se inaugura la exposición “Una Jirafa” que recoge la visión de veintiún artistas plásticos aragoneses del texto que, con el mismo título, publicase Luis Buñuel en 1933 en la revista Le Surréalisme au Service de la Revolution. Con anterioridad, a las 19:30 se presentará oficialmente en el salón de actos y conferencias del Centro de Historia.

Organizada por Artix espacio creativo y Producciones Che y Moche, la exposición, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza y con el apoyo de Zaragoza 2016( ya que Buñuel es uno de los cinco apartados en los que se basa la propia candidatura), del Gobierno de Aragón y del Centro Buñuel Calanda, surge como iniciativa del Centro de Investigación Artefacto en paralelo a la producción del espectáculo teatral “Una Jirafa” de Producciones Che y Moche.

En el texto de Buñuel, concebido como manual de instrucciones para la construcción de un objeto surrealista, Buñuel describía cada una de las manchas de la jirafa como un lugar en el que aparecían los más diversos objetos asociados de los modos más absolutamente surreales. Cada artista se hace cargo, en este proyecto, de una de esas manchas y da su particular visión de los mundos propuestos en ellas por don Luis. La pintura, la fotografía, el collage, la escultura o el ensamblaje componen así el necesario repertorio de técnicas e ideas que permiten reconstruir esta nueva versión de esa jirafa.

En esta exposición, concebida como un “lugar de encuentro”, participan los artistas Jorge Juan Perales, Nicolae Didita, Jessica Aliaga Lavrijsen, Álvaro Ortiz, Antonio Chipriana, Javier Joven, Miguel Ángel Gil, Esther de la Varga, Ricardo Calero, Paco Serón, Fernando Clemente, Olga Remón, Caterina Burgos, pierre d. la, Mariángeles Cuartero, Sergio Muro, Christian Losada, Lina Vila, Rakel García, Helena Santolaya y Miguel Ángel Ortiz Albero.

La exposición se podrá visitar desde el 26 de noviembre hasta el 26 de diciembre, en horario de 9 a 21 horas de lunes a viernes y sábado de 9 a 14.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Kenny Garrett en la Multiusos de Zaragoza

imagen extraída de: www.jazz.edu/gallery/kenny_garrett.jpg

El Viernes pasado tuvimos el lujo de poder presenciar el concierto de Kenny Garrett. Después de unos años de sequía jazzística en mi agenda (sea por falta de dinero, sea por trabajo), podía volver a asistir a uno de los conciertos del ciclo de Jazz Zaragoza (sin contar el de Buika, que estaba fuera de abono). Para Marta, era su primera experiencia en este maravilloso estilo musical, así que también marchaba expectante hacia cómo sería su reacción.

AL llegar, nada más salir de mi labora, y de poder saborear unas deliciosas croquetas caseras y un riquísimo bocadillo de tortilla de atún que me había preparado la "Señorita Seis Dedos", quedamos perplejos del montón de gente que había acudido a la cita. Recordé que, en los primeros conciertos que pude presenciar (hace ya unos años), había mucha gente ¡pero no tanta! Eso era señal de que este festival de había asentado fuerte en Zaraguaya y que, cada año, va sumando adeptos.

Después de los teloneros, con muy buenas intenciones, con calidad, pero con un poco de falta de "fluidez", llegaba la hora de Kenny Garrett. Marta y yo, como no teníamos sitio en ninguna mesa ni teníamos sillas libres en los laterales, nos sentamos en el suelo, próximos a la pared para no molestar, y nos dispusimos para disfrutar juntos el concierto. Pronto, afortunadamente, un pequeño grupete debió de pensar que era buena idea y se ubicaron, de la misma manera, a nuestro lado. Así, ya no estábamos solos en nuestro "atrevimiento".

Desde el inicio, y a medida que se iba desarrollando el concierto, a mí me iba atrapando cada vez más, hasta el punto en que había momentos que quedaba totalmente enganchado. Comenzando por el free, pronto nos condujo a ritmos más kunkyleros, para volver al free e, incluso, a un sonido más pop. Así, era imposible cansarse (que ya lo es de por sí) de un jazz más loco y más difícil de digerir, en ocasiones, pero que entusiasma y engancha en esa sensación de navegación sin rumbo en que se convierte su escucha. La pieza empieza y, poco a poco, sin que te enteres va introduciéndote en diferentes ritmos, hasta el punto en que ni siquiera sabes cómo has llegado hasta allá. Comprendes en lo efímero que se convierte un sonido, una melodía, aunque se haya grabado, aunque mil veces que se haya ensayado. La pieza comienza, pero nunca sabes hasta dónde va a llegar...

El final, en el jazz, por lo general es apoteosis. Y el señor Garrett se encargó de recordárnoslo. Reclamó al público, le pidió que aplaudiera, le indicó que se acercase al escenario a bailar y esperó a que se implicase en el concierto. "Una más, una más", preguntaba cada vez que parecía que el concierto iba a terminar y, así, iba continuándose, repetidas veces, casi hasta el infinito, la misma melodía. La gente estaba disfrutando. La gente estaba alegre. La gente contorneaba su cuerpo al ritmo de la música. Nunca olvidaré a la pareja que teníamos delante, con sus sesenta y pico años, bailando, con los ojos iluminadísimos, los últimos compases de la velada. "Quien les hubiera dicho que iban a terminar así este concierto de hoy", comenté a Marta. Y la vi sonriente, dando palmas y bailando. Y la vi emocionada... ¡y estaba preciosa!

Creo que fue en ese momento (y no antes), cuando ella descubrió la magia del jazz...

martes, 17 de noviembre de 2009

Desconfiando de tantas cosas...

Imagen extraída de Internet. No recuerdo la página, pero indagaré para ponerla...

“La confianza en los políticos baja”, leo y oigo, una y otra vez, en los medios de comunicación. Y me extraña, porque apenas he notado una gran diferencia entre la manera de hacer política de hace doce años y la de ahora. Recuerdo casos de corrupción desde casi el mismito momento en que pude ejercer mi derecho al voto y, prácticamente, cada año se dan más y más casos. Urbanismo, prevaricación, regalitos, blanqueo de dinero… sacuden cada cierto tiempo a nuestra clase política y, nunca, repito, nunca, se le ha dado una buena lección.

“La confianza en los políticos baja”, es la noticia que llena titulares de noticieros en papel y en televisión. Y me extraña, porque día a día no para de salir el Gobierno diciendo que se ha tomado tal medida contra la crisis, para fomentar el empleo, para preservar puestos de trabajo, para aumentar las medidas de ayuda a los desempleados. Nunca he sentido que un partido político busque (lo haga bien o mal, en ese tema no voy a entrar), sin parar, medidas para salir de la situación en que nos encontramos. Y, sin embargo, “la confianza en los políticos baja”.

Será, quizás, que lo que realmente ha bajado es la confianza en el sistema capitalista en que nos encontramos viviendo. Será, quizás, que la falta de capital, de poder adquisitivo, de, simplemente, poder pagar una hipoteca y sacar adelante tu vida (y la de tu familia), desanima y empieza a buscar culpables. Será, quizás, que la corrupción (que nos ha acompañado desde los inicios de la democracia en este país), y las malas maneras (insultos, amenazas, acusaciones), son meras excusas para no enrabietarse del todo y gritar, y movilizarse de una vez por todas, que queremos que aquellos a los que votamos se pongan, por fin, a representarnos (que para eso los elegimos en las urnas), en lugar de seguir dirigiéndonos a su antojo en la búsqueda de sus propios intereses.

En la actualidad, encontramos un gran conflicto. Vivimos en lo que se llama un mundo globalizado que, por desgracia, queda supeditado, en gran parte, a la economía globalizada, la cual se rige por puritos parámetros del capitalismo. Es destacable cómo, a través del FMI y del Banco Mundial se asientan las bases del Mercado, totalmente desigual, no sólo por el intercambio de mercancías, sin las mismas oportunidades para los Países desarrollados y aquellos denominados del Tercer Mundo, sino por la exigencia de las famosas deudas.

No olvidemos que el capitalismo está basado en la competición y, a través de ésta, en nuestro querido Primer Mundo, queremos obtener o alcanzar aquello que se nos vende como lo idóneo socialmente: casa, trabajo, pareja, hijos… ¡y llegar sin problemas a final de mes! Vamos, ganar dinero, y cuánto más mejor, para poder alcanzar la mejor situación económica y social posible. Sin embargo, ha quedado demostrado que, con el capitalismo, no todo el mundo puede conseguir alcanzar los mínimos niveles de vida, y hay gente que vive en la pobreza y el número de personas en exclusión (o en peligro de), social no desciende para nada. Cómo suele decirse: unos tanto y otros tan poco…

En SOS Racismo, siempre hay una de las sesiones que dedicamos a la resolución de conflictos. Allá, a través de alguna dinámica hablamos de las diferentes maneras que podemos utilizar para resolverlos. Veamos:

- Competición: Yo gano – tú pierdes. Es decir, que uno gana y consigue su objetivo, mientras que le importa un carajo lo que le pasa al otro. De esta manera, las relaciones entre las personas quedan mermadas.

- Acomodación: Yo pierdo – tú ganas. Vamos, que uno cede para que el otro gane. Quizás, así se mantienen buenas relaciones, aunque al final explotará por algún lado y se irán al carajo.

- Evasión: Yo pierdo – tú pierdes: Como no se afronta el conflicto, ni se cumplen objetivos por ninguna de las partes, ni las relaciones salen muy bien paradas.

- Cooperación: Yo gano – tú ganas: Se consiguen los objetivos de ambas partes y, además, las relaciones mejoran y salen muy bien paradas.

Ahora, si aplicamos esto al sistema en que nos encontramos, ese de la globalización económica de marcado carácter capitalista, el cual se basa en la competición, la ecuación es sencilla:

Yo gano (en capital y, por lo tanto, en riqueza económica, que es mi objetivo) – tú pierdes (ganas mucho menos que yo y, por tanto, no alcanzas tus objetivos). Así, se fomentan las diferencias de clases, que cada vez son más marcadas. Y, por tanto, hay que aumentar las políticas sociales, lo que conlleva a una mayor cantidad de dinero destinado a ellas. Sin olvidar que, tal y como reza la teoría, las relaciones entre las personas empeoran.

Consecuencia: una sociedad cada vez más individualista, en la que, en líneas generales, la gente va cada vez más a su bola y va perdiendo, al mismo tiempo, ciertos valores que permitían una mejor convivencia. Valores que se están empezando a fomentar desde ciertas Instituciones, tanto asociativas como políticas, al observar que sin ellos empezamos a desestructurarnos cada vez más.

Se da demasiada importancia al dinero, a ganarse la vida por encima incluso de nuestras ideas. Se me hace extraño observar como personas con ciertos ideales se venden al mejor postor (aunque sea todo lo contrario a su manera de entender la vida y la sociedad), sólo para “no perder una oportunidad” y, así, poder ganarse la vida (en lo económico, se entiende) con la profesión que quieren ejercer. ¡Uy! Pero eso es otra historia… aunque esté plenamente ubicada en ésta que estoy contando. De hecho, si las personas con ideales, aquellas que supuestamente son críticas y luchan por cambiar las cosas, caen en la rueda… ¿cómo no lo van a hacer aquellos/as que no los tienen?

A lo que iba. Imaginemos una especie de economía comunista universal. Repito, economía, que no sociedad. Una economía en la que no se trata de competir, sino de cooperar para así, repartir. O quizás, no debiéramos llamarla así. Quizás debiera adquirir otro nombre, porque defiendo un nuevo sistema tanto social como económico basado en las relaciones e intercambios porque sí. Pero, bueno, tanto para entendernos como para que pueda tener viabilidad en los tiempos en que vivimos, dejaremos y defenderemos ese nombre de economía comunista universal. Se trataría de distribuir la riqueza, pero no sólo entre los habitantes de una misma nación, sino entre los de todo el planeta. Una distribución de la riqueza que iría acabando con las diferentes clases sociales y, por tanto, con la exclusión social de los habitantes por motivos económicos. Pero, claro está, para ello, previamente, habría que originar una nueva conciencia social, aquella que no se basase en la competición, sino en, como bien clarito deja la teoría, la cooperación: yo gano – tú ganas.

Para ello tenemos que cambiar la concepción de la vida. Hemos de hacer entender que si todos alcanzamos los objetivos cuidando, al mismo tiempo, las relaciones con nuestros prójimos, todos ganamos, tanto en lo social cómo en lo económico (aunque haya gente que ganara menos de lo que, en la actualidad, desearía –porque, realmente, no es necesario ganar tanto-). Y para ello, tenemos que recuperar esa idea de que el pueblo unido tiene el poder. Sí, para mí sigue siendo válido aquello de “el pueblo unido, jamás será vencido”. Sí, si nos juntamos y recuperamos nuestra fuerza, si colaboramos, si hacemos un esfuerzo por recuperar ese sentimiento comunitario más allá de nuestro entorno cercano, podemos cambiar el desarrollo de este sistema.

¿Por qué no comparto del todo ese nombre de comunismo universal? Porque considero que el comunismo, al fin y al cabo, es un sistema económico basado en el interés material. Aunque busque repartir la riqueza, las acciones, el trabajo, estarán destinadas a obtener un beneficio a cambio. Y eso es lo que considero que hay que cambiar. Debiéramos hacer las cosas porque sí, sin esperar un beneficio material o temporal a cambio. Me explico. Entre muchos movimientos hippies o neohippies, está muy de moda la vaina esa del trueque. Bien, me parece muy bonita la idea de “no se necesita el dinero” para poder obtener comida, arreglos, necesidades, etc. Pero, sin embargo, al fin y al cabo, está basado en un intercambio de intereses. Es decir, hago o doy algo a cambio de que otra persona me dé o haga algo por mí. No deja de haber un interés. Al fin y al cabo, en nuestro sistema económico de intercambio de moneditas, tú das tu tiempo a cambio de dinero; posteriormente, tú das tu dinero a cambio de algo o del tiempo de alguien. Es decir, acabas dando tu tiempo a cambio del tiempo de otra persona o de algo que te van a dar (vender). ¿Dónde está entonces la diferencia?

Por el contrario, lo que defiendo es un sistema en que se realicen las cosas por propio beneficio personal, por sentirse mejor, porque apetece, sin más. Cuando das algo, obviamente esperas algo; no obstante, puede alejarse de una búsqueda material o temporal y buscar, simplemente, sentirse mejor. Recibir una sonrisa, una muestra de ilusión, un agradecimiento… está por encima de cualquier “recompensa” material. Ofrecer lo tuyo “porque sí”, sin esperar nada a cambio. Al final, si todos nos comportásemos así, todos acabaríamos ofreciendo cosas nuestras a los demás simplemente porque nos sentiríamos mejor. Esto no quiere decir que tuviésemos que compartir todo, puesto que cada uno es libre de ofrecer libremente lo que quiera de sí al resto de la humanidad. ¡Uy! Vuelvo a irme por otros derroteros, y esta vez cargados de un inmenso sentimiento utópico… ¿o no? Igual es que está todo relacionado… Porque sólo cambiando esta conciencia, cambiando a esta manera de “intercambio” de cosas “porque sí”, es la única manera de hacer viable que se pudiese implantar, en lo económico (que no en lo social), esa especie de comunismo universal.

“La vaina del 2012” es la otra noticia que se ha disparado entre la sociedad. ¡Hasta una película se ha estrenado y todo! ¡Catástrofe mundial! Parece que el Mundo va a desaparecer, jajajaja. Repaso lo que he escrito hasta ahora… ¿Y si fuese una predicción que se cumpliera? No estaría nada mal. Una especie de revolución totalmente pacífica, un levantamiento popular que produjese una total catástrofe para el sistema capitalista mundial. Un alzamiento de un nuevo sistema económico y social basado en la cooperación, en el reparto de la riqueza y en la ayuda mutua para seguir avanzando con respeto a esa Pachamama que tanto y tanto nos da.

“La confianza en los políticos baja”. Pero, si no estuviésemos en tiempo de crisis, seguramente este titular no aparecería en ningún medio… Lo único que baja es nuestra capacidad de reacción.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Cómo aparcar en batería...

Y luego dirán que es difícil aparcar en el Centro de Zaraguaya... ¡No tienen ni idea! Jua jua jua jua

Regalito porque sí (con cita, por supuesto)

La dependencia implica desde luego humillación, pero ¿acaso estas humillaciones no se deben más bien a nuestras limitaciones? ¿Acaso no es únicamente nuestro orgullo el que padece? Sólo nos sentimos heridos cuando pedimos. [...] Es mucho más fácil estar del lado del que da que del lado del que recibe. [...] Hay que ayudar a la gente a ser más generosa. Al recibir de los demás, al permitir que te ayuden, en realidad les estás ayudando a tener mayor grandeza, a ser más generosos, más magnánimos. Lo cierto es que les hacer un servicio.

[...] Si recibir parece una cosa mala, es sólo porque dar está mucho más relacionado con lo material. [...]

Henry Miller en: ANAÏS NIN, Diario III (1939 - 1944)

sábado, 14 de noviembre de 2009

Sin nombre

Marché el Miércoles de la semana pasada a ver Sin nombre. Parece ser que es otra de tantas películas que pasan sin pena ni gloria por la cartelera zaraguayana. Tan sólo doce personas en la sala, y eso que era día del espectador.

Para mí, fue una interesante propuesta, puesto que nos presenta otro aspecto de la inmigración un poco lejano para aquellos que vivimos en el Viejo Continente. Se trata de aquel movimiento migratorio que han de realizar las personas centro y suramericanas para llegar a los EE.UU. en situación irregular. Y, entre tanto, la historia de amor-amistad que surge entre un quillo perteneciente a la mara salvatrucha (esa peligrosa de El Salvador), y una migrante hondureña. Dura realidad la de aquellas personas que tienen que decidir entre pertenecer a un grupo (y la dificultad que se encuentran para salir de él -y más si han matado a su cabeza visible-), o dejarse llevar por lo que de verdad sienten y quieren.

Una película muy interesante que no pueden dejar de ver en la gran pantalla.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Che Sudaka: Tudo é possible

Hace ya time, en una lejana entrada, comentaba la letra de una canción del anterior disco de Che Sudaka. Recuerdo que me dejaron un comentario y me hizo una ilusión tremenda, así que no paraba de contar ese suceso a mis compinches de la pradera. Hoy, vuelvo a hacer referencia a este grupo, porque ha vuelto a sacar disco y, sin duda, es el mejor y más completo de todos: Tudo é possible. Siguiendo la misma línea, considero que avanzan un poco más en su sonido, alejándose todavía más de esa estela tan marcada a lo Mano Negra que ya desaparecía un poco en Mirando el Mundo al revés, al tiempo que dejan de lado, totalmente, ese sonido más guarro y punki de sus primeros discos. No hay más que escuchar esos sonidos cumbianderos, en algunos temiquis, que tanto me gustan...

Por eso, dejo acá un ejemplo de su nuevo trabajo. Éste es el videoclip de "Calle Luna", que aparece en el DVD que acompaña a Tudo é possible. Espero que les guste:


viernes, 6 de noviembre de 2009

Camera Obscura en la Casa del Loco



Me avisó mi querido Camilín. Fue el Miércoles por la mañana y, por la tarde, le llamé por teléfono para que me pillase una entrada.

Habíamos quedado en la Plaza España. De camino, Vicky. Como le damos cierta envidia (jejejeje), nos comenta que igual se apunta, así que una vez dentro recibimos una llamada suya. Ya estaba en la puertecita, a puntito de entrar...

Los teloneros Sheriff, no comenzaban mal las canciones; sin embargo, a partir del minuto o así, todas se convertían en un continuo "traca traca traca traca" de ruido muy cansino. Seguidamente, Otro telonero (no me acuerdo de su nombre), armado con una guitarra llena de cinta aislante y esparadrapos, una armónica y una máquina de hacer ruidos electrónicos, llenaba mi cabeza de alocados sonidos y me dejaba en uno de los más absolutos caos que he vivido en un concierto.

Finalmente, salió Camera obscura, con un Pop en mayúsculas: Intenso, fresco y elegante al mismo tiempo. Y, sin embargo, frío. Sí, en este concierto (y eso que dicen que tienen uno de los mejores directos del Reino Unido), la distancia que se produjo entre el grupo y el público fue insalvable. Los problemas de sonido iniciales ofuscaron en demasía a su cantante, quien con cara de pocos amigos se dedicó, simplemente, a tocar el repertorio. Al terminar, el público asistente, después de los aplausos, apenas animó a que los componentes del grupo volviesen a salir a escena, con lo que un par de canciones más y para casa. Una pena. Sinceramente, considero que esta quilla debería relajarse un poquito y, en lugar de "cabrearse" tanto por el sonido, vencer ese problema dándose más a la gente que ha ido a verlos tocar, y no tanto poniendo mala cara y cumplir el repertorio. Sí, es importante el sonido, y más para un grupo que destaca por sus directos y por su elegancia musical; pero, carajo, también hay que ser conscientes de dónde se toca. Sin duda, he estado en conciertos con peor sonido y con más problemas que éste.

Un concierto de lujo que tuvo dos pegas. El público asistente, que mostró una vez más su peor cara con el poco entusiasmo en el baile y en los ánimos al grupo ¡demasiados zombies! Y la frialdad que adquirió el evento con la actitud de la cantante. Para quien pueda disfrutarlos en esta gira, que no se los pierda y, de verdad, que tengan más suerte que nosotros.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Cita

La cita (y por tanto la entrada), de hoy te la dedico a ti, porque hiciste (hicimos), que los días de nieve sean especiales:

"Si hay amor nunca es o mismo. Lo que ocurre dentro no es siempre lo mismo, es como esta música, que cambia continuamente. Si hay amor, hay un millón de variaciones, un millón de noches, un millón de días, estados de ánimo, disposiciones, caprichos cambiantes, un millón de ademanes a los que la emoción da mil colores [...] El amor es suficientemente vasto para incluir una frase leída en un libro, la curva de un cuello visto y ansiado en medio de la muchedumbre [...] Hacer el amor una noche de invierno no es lo mismo que hacerlo en verano, bajo una tienda, o bajo un árbol, con los cuerpos tapados o destapados, bajo un chaparrón, a oscuras o con luz, con calor o con frío".

ANAÏS NIN, Diario III (1939 - 1944)

Gracias por compartir tantos momentos avec moi...

lunes, 2 de noviembre de 2009

Buika en la Sala Mozart

Marché con Amayuski a ver a Buika la semana pasada. Esa misma nuit, me enteré que era en la Sala Mozart, lugar donde había presenciado ya algún que otro concierto del ciclo de Jazz en Zaragoza.

Comenzó bastante puntual, con los cinco-diez minutos de cortesía para aquellos/as tardanos/as. Su voz, al principio algo "tocada" (parecía como si estuviera malita de la garganta), fue ganando en intensidad y, poco a poco, fue llevándonos por el ensueño de sus palabras y de la música del piano y, posteriormente, la del contrabajo y las percusiones. Dedicando canciones, hablándonos de aquellas nanas que escuchaba de su madre, haciéndonos partícipes de algunos de sus sentimientos, se mostraba como una persona cálida y cercana: "pero que majica es esta chica", comenté en un momento de la actuación.

Un concierto magnífico en el que lo peor, sin duda, fue el contexto: una sala demasiado fría para un concierto tan cálido.