Escribo desde Macerata, ciudad donde Daniela ha pasado su ultimo agno y donde se ha licenciado. No se muy bien como carajo comenzar este relato viajero, y menos despues de haberme levantado hoy tras presenciar un extragno suegno. No recuerdo muy bien que acontecia, pero si que, en un momento, sobre la tierra, aparecia escrita con piedras, mientras la arena era arrastrada por el viento, la palabra “CEVIE”. Al despertar, me ha invadido una extragna sensacion y, poco a poco, el dia me ha ido adentrando en un estado de reflexion sobre el pasado, el presente, el significado del suegno, lo que leia y la pelicula que he visto: Frida Khalo. Ahora, con todo eso rondando por mi destartalada cabeza, mi cuerpo me ha conducido a las teclas para comenzar la narracion.
Este viaje, como casi todos, se debia a un impulso, a una casualidad o, como diria Sonia, a una causalidad. Quizas si, quizas hay una causa. Bueno, quizas siempre hay causas y no somos capaces de aceptar que las cosas no ocurren porque si, sino que todas aportan un significado y aprendizaje a nuestra vida, aunque ello, en ocasiones, nos haga sufrir y nos otorgue un duro papel que interpretar en este pequegno e insignificante teatro que es nuestra (o al menos la mia), vida. Pequegno e insignificante porque no somos mas que un minusculo ser dentro de un inmenso Universo; pero, por muy infimos que seamos, al igual que el resto de seres vivos y elementos inertes, imprescindibles para el devenir del Cosmos.
En un momento de la pelicula Trotsky le dice a Frida: estamos solos con nuestro dolor. ìQue razon tiene!
Me encontre con Daniela por el chat de gmail. Mis vacaciones, condicionadas por Pirineos Sur, se iban a extender hasta el dia 27 de Julio. Al segnalarle mi periodo estival ocioso, me comunico que se licenciaba el dia 15 y que le apenaba que yo no pudiera estar en un dia tan importante para ella. “Pero si que voy a estar”, teclee convencido. Esa misma noche, cumplia con la decision que habia tomado: tenia un billete de ida y vuelta a Roma. Ocho dias de estancia en Italia seria una buena manera de pasar parte de mis vacaciones. Compartir con Daniela la defensa de su tesi di laurea ante el tribunal, era una buena manera de estar al lado de mi amiga en un dia tan segnalado. Al hojear la tesi di laurea, comprendi que, sin ser consciente de ello, habia tomado una decision muy acertada. En los ringraziamenti, leia (escrito, ademas, en castellano): “A Christian, porque nunca habria imaginado de encontrar un tio como el! Su sonrisa sigue acompagnandome cada dia y aquel viaje por Teruel ha sido, para mi, un ejemplo de vida extraordinario. La manera en que ha aguantado todas las dificultades ha sido genial. No puedo no darle las gracias y decirle que su koala lo quiere mogollon!” Cuando Daniela se sento ante el tribunal, la profesora la presento indicando que habia estado de erasmus en Zaragoza. Nadie en la sala, excepto sus familiares y amigos, sabia que un pequegno chiflado de Zaragoza estaba ahi, haciendo fotos y animando, aunque solo fuera con su presencia y su sonrisa a aquella quilla italiana que un dia tuvo la suerte de conocer en clase.
Veo la Luna, esta casi llena.
Subi al autobus a las 9 de la magnana del dia catorce. Me esperaban tres horas y media hasta Barcelona para empezar a intuir que, de nuevo, no era solo un viaje fisico sino que, con el paso del tiempo, se convertiria tambien en personal. La parada en Lleida me sorprendia; pero, sirvio para comprender que hay cosas dificiles de cambiar: alli, sentado, estaba David y la constatacion de que es dificil moverme sin encontrarme a alguien conocido, hecho este que se repitio a mi llegada a la Ciudad Condal y la vision de Luis en la estacion de Sants. La casual causalidad volvia a llamar a las puertas de mi controlada demencia al presentarme a Aida, quillita que trabaja en el Boohanoon (bien cerquita del Calaveras) y que, por extragnos movimientos cosmicos, tambien viajaba en avion tan apenas media hora antes que yo.
Un cafe, un descansito en el parque, y para el aeropuerto. Ya alli, sentado y esperando para embarcar, me parecia curioso y genial que nos hubiesemos conocido, puesto que no solo fuimos acompagnados en el tren sino que seguimos juntos en la espera del embarque de alguno de los dos. Fue ella la que primero volo, asi que nos despedimos con un hasta luego y el deseo de pasarlo bien cada uno en su destino. Marche a mi terminal y me sente a anotar algunas de las experiencias vividas hasta ese momento del viaje. Mi vuelo, salia con retraso, tan solo de media hora, asi que yo era incapaz de presagiar las consuencias que ello tendria...
Hablando de mi viaje, Mariachi me dijo que soy muy impulsivo. No tuve mas remedio que afirmar. Si, no puedo evitarlo, soy impulsivo. Me gusta tirarme a la piscina, sentir que el agua forma parte de los elementos que, en ese momento, me hacen sentir bien. Que luego vacian las piscina, pues mala suerte; pero, ese bagno, al menos, lo he disfrutado y no me he quedado con las ganas de tomarlo. El viajar a Italia lo habia decidido al chatear con Daniela y, sin pensarlo, me compre el billete. Que luego no tendria dinero suficiente para pasar el mes... mala suerte. Y asi funciona mi cabeza. Prefiero dejar un trabajo, quedarme en el paro y sufrir sus negativas consecuencias para mi economia, que seguir en el si no estoy a gusto del todo, si siento que una parte de mi vida se esta muriendo por permanecer en la labora y seguir ingresando dinero todos los meses. Las decisiones las tomo en el acto y, si no hacen dagno a nadie, las llevo a cabo. Eso me da alegria, me hace sentir vivo, me hace seguir pensando que no hay nada mas importante en esta vida que sentirte bien contigo mismo. Y si ello conlleva sacrificar supuestas cosas importantes para la sociedad y sistema en que vivimos, pues al carajo con tanta vaina. Sin duda, mi caracter impulsivo esta condicionado por un alto grado de racionalidad, coherencia, reflexion y cordura: “Haz lo que te apetezca en estos momentos, porque es lo que te hace sentir bien”. Yo no se si dentro de un mes seguire vivo, asi que considero que es mejor dejarme llevar por la sensacion de aprovechar la vida, que posponer actos que, quizas, nunca llegue a realizar. Es una cuestion de priorizar, aunque sea a traves de una mente atolondrada como la mia.
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