martes, 29 de julio de 2008

Dejé abierta la ventana para que pudieran volar...


Esta noche, Mariachi y yo hemos decidido ver una película. Al final, hemos optado por volver a visualizar Tim Burton's Corpse Bride (es que la hemos visto en VOSE, jejejeje), un pedazo peliculón. Como me pasó con Edward Scissorhands, al verla por primera vez, una imagen se me quedó en la retina debido a su belleza. En aquella (más lejana en el tiempo), era el baile de Winona sobre el suelo nevado. En ésta, casi al final, una vez liberada, la novia empieza a desaparecer ante un maravilloso haz de mariposas luminosas e iluminadas.

No he podido evitar que una sonrisa se dibujara en mi rostro. Sobre mí, miles de mariposas volaban en círculo y se alejaban siguiendo el halo luminoso que dejaba la Luna.

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