martes, 11 de diciembre de 2007

El azar me va a matar...

Casualidades, azar, pequeñas vainas que te dejan perplejo.

Hoy, de mañanita, pude ver unos vídeos de mi tío Diego. Entre ellos, había uno que contaba la fábula del escorpión y la rana, pequeña historia que yo nunca había leído ni oído. Hoy, de nochecita, viendo CSI (y no lo veía desde hace meses), un recluso contaba esta misma historia.

El otro día, el Sábado para ser más concreto, salí de casa. En la Plaza Asso, la policía nacional. Nada más verla, sabía que me pararían, que me pedirían el DNI, aunque no llegué a pensar que, a las 5 de la tarde, me registrarían. Ya conté acá que estaba hasta los mismísimos güitos de que me pidan el DNI. Creo que si tienen un registro con las personas a las que más les han pedido la documentación en los últimos dos años, gano de paliza. La verdad es que es una chingada: diez minutos, gente mirando y lo de siempre: “ya te puedes ir”. Estoy harto, realmente harto, porque te quedas chingado. Recuerdo que el Sábado, después de esa forzaba parada me fui deprimido, con una extraña sensación de “buuuf, otra vez a mí, ya vale ¿no?” Sí, es desesperante y acaba agotándote. De verdad, si pudiese pondría una denuncia por daños morales, porque afecta bastante ser tú, una y otra vez, el que es parado en la calle o en las estaciones. Pues bueno, a lo que iba. El Domingo, en el “fúrgol” (y anda que no es raro ni na’ que esté yo en el Estadio), uno de los nacionales que estaba en el campo era el mismo que me paró el Sábado.

Casualidades, azar, pequeñas vainas que te dejan perplejo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pues sí que es mala suerte, la verdad... pero tú no te preocupes. Ni menos, te deprimas. FALTARÍA MÁS... ¡¡¡¡CABRONES!!!!
A mí me pararon una vez y me dijeron que me parecía mucho a alguien que buscaban. Te hacen pasar un poco mal de rato porque todo el mundo te mira. Pero bueno... peor son la guardia civil en Caspe que por menos de nada te pegan una paliza... para eso no te piden ni el DNI

closada dijo...

Pues es que a mí nunca me han dicho que me parezca a nadie, la verdad. De hecho, en Teruel me cabreé y discutí con ellos. Hasta les dije si tenía pinta de delincuente o algo así... No, no, es pura rutina, dicen. Pero, carajo, la rutina siempre la vivo en mis carnes, una y otra vez, y cansa, caaaansa mucho. Pero, bueno, que se le va a hacer, poco a poco hasta me acostumbraré, jajajaja.

Besicos