Nueva sesión cinematográfica en casa. Pantallita, proyector, palomitas, coca-cola... todo preparado para visionar otra película en la comodidad del hogar. Para esta ocasión: Va a ser que nadie es perfecto, de Joaquín Oristrell.
En ésta, un ciego, un sordo y un cojo salen de marcha y... aunque parezca el inicio de un chiste, no lo es. Se trata de una comedia que, la verdad es que entretiene y te hace pasar un buen rato. En ella, los protas deciden salir a celebrar la última noche de soltero de Carlos (el ciego), quien se va a casar al día siguiente con su novia desde hace un porrón de años. En un momento dado, su salida de farra se rompe y acaban viviendo, cada uno por un lado, su propia noche. De esta manera, vamos descubriendo (al igual que lo harán ellos), cómo se comporta cada uno por separado, así como sus sentimientos, miedos, fortalezas, etc. Su discapacidad, tan patente y utilizada desde el principio de la película, poco a poco se va diluyendo hasta pasar a un segundo plano, mostrándonos simplemente a tres amiguetes y su manera de sortear las situaciones en las que les va poniendo la vida.
Aunque por momentos es muy previsible y, en ocasiones, poco creíble y exagerada (la escena del coche incluso me parece de bastante mal gusto, puesto que hay ciclistas, patinadores, peatones... que mueren por la imprudencia de un "tarao al volante"), en su conjunto es una comedia divertida y que hace pasar muy buen rato. Además, me gusta como el director, y a pesar de las situaciones y chistes tan puñeteros en que mete a los protas, trata la discapacidad desde el respeto y sin chorradas sensibleras. Una comedia graciosa que les hará pasar un rato divertido.
1 comentario:
Un sordo, un ciego y un cojo salen de fiesta. Con esto parece la típica película que busca la risa fácil.
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