Aprovechando que todavía tenía vacances, marchamos a Villalengua (pueblo del Sr. Joven), el Miércoles por la mañana. Íbamos a pasar allá un par de días y, así, el Viernes poder estar ya acá para los preparativos de la Nochevieja. La tripulación estaba compuesta por el Sr. Joven, sus papis, "Paulita Tucatán" y servidor. El plan era el siguiente: descansar y relajar el cuerpo lejos de la urbe. Con tan maravilloso y grandioso propósito es imposible no disfrutar, y más si te encuentras con tantísima hospitalidad. La estancia allá podría resumirse de este modo:
Comimos, merendamos, cenamos y tuvimos hasta cuatro sesiones cinematográficas al calor de la chimenea.
Fueron dos días fantásticos. Una penica que no pudiera venir Marta, porque la echamos de menos y sé que le habría encantado estar allá con nosotros. Pero, bueno, repetiremos... ¡Si nos deja el Chupacabras!
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