viernes, 16 de abril de 2010

Mein Führer

Ayer marché a los Renoir a ver Mein Führer. Apenas sabía de qué iba. Tan sólo la sinopsis leída por Internet y poco más. Al entrar en la sala y empezar la película, pronto adiviné que se trataba de una comedia, o al menos eso pretendía.

El filme empezaba bien. Los primeros minutos eran graciosos, así que pensé que pasaría un buen ratico en la sala cinematográfica. Me equivoqué. ¡Esta película es una auténtica chorrada! Perdido entre el psicoanálisis y la teatralización, Hitler se ve inmerso en situaciones espantosamente inverosímiles y ridículas propias de filmes que encadenan una sucesión de absurdos (y a veces graciosos) gags. De esta manera, Mein Führer empieza a aburrir rápidamente y va perdiendo todo ápice de interés. Así hasta llegar al final, que es una especie de tomadura de pelo hacia el espectador por desmesurado y fuera de lugar.

En definitiva, considero que el señor Levy nos ha aportado un auténtico fiasco.

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