Tuvo lugar ese deseado (por el colectivo) I encuentro de fotografía: Zaragoza Photo. Una de aquellas noches las cámaras de la revista AKI Zaragoza People, se acercaron hasta nuestras personas y nos fueron retratando. Finalmente (o previamente, no lo sé), decidieron informarse de qué carajo iba toda esta movida. Así que, supongo, hablarían con alguno de los miembros de ¿la galería? ZPhoto, como organizadora del Encuentro. ¡Mal! Organizador del Encuentro fue el Colectivo ZPhoto, NO Galería, puesto que NUNCA se ha registrado como tal. Así, pues, lo que, erróneamente, aparece como Galería ZPhoto debe ser nombrado como Colectivo ZPhoto, el cual sí que posee un local que realiza una función expositiva y al que, desde algún sector, se le ha empeñado en llamar galería.
Bueno, a lo que íbamos… Obviamente, había que hacer una reseña, un pequeño artículo del evento. Y, aunque escriba obviamente, yo no lo sabía en su momento, sino que el purito azar ha hecho que haya llegado hasta mí semejante descubrimiento. Nombres de participantes (conferenciantes, poetas, bailarinas, tallerista, etc.), venían acompañados de aquellos que pertenecíamos al colectivo y que, durante casi un año, habíamos estado trabajando en sacarlo adelante. Mas, algo no me cuadraba. El colectivo, aquel que había organizado el encuentro, estaba formado, en ese momento por seis personas; y, sin embargo, quedaban reflejados, en el artículo, tan sólo como organizadores y socios de la Galería (= Colectivo –como realmente hay que llamarlo-) ZPhoto: Eduardo Moreno, Diego Ibarra, Álvaro Calvo y Jorge Fuembuena. Las cuentas no me salían (o sí). Siempre habían sido seis. ¡Ah, claro! Faltaban Christian Losada (quien, por cierto, también estuvo tanto en la entrega de premios del Rally como en la clausura), y Vicky Méndiz. Asombrosamente, habían sido suprimidos de la organización de ese primer encuentro. ¡Gran chingada, mis cuates!
Mi primer pensamiento fue para los integrantes del colectivo. Pero, pronto, pensé en la revista AKI. Sí, me di cuenta de la incompetencia y falta de rigor de esta revista que tan lujosa parece, con sus páginas satinadas y su glamour por todos lados, y lo poco fiable y creíble que se me hacía de repente ante mis ojos. Quizás, aquellos que recabaron la información, se fiaron de aquella persona que se la otorgaba. Quizás, la conocían previamente, quizás confiaban en su confidente. Quizás, no; pero, al tratarse de alguien del colectivo, daba la suficiente libertad como para dejarse llevar por sus palabras. Ya ven, señores/as de la revista AKI, si tomaron la palabra de alguien en quien confiaban, les salió el tiro por la culata, pues les jugó una mala pasada. Si tan sólo hubiesen recabado un poquito de información por Internet, visitando la página del colectivo (quizás, y sería lo más lógico, ni Vicky ni el que escribe estén ya como miembros, puesto que decidimos marcharnos), con la nota de prensa, etc. habrían podido ver que se hallaban en un inmenso error al suprimir a dos personas en las líneas que escribían. Desde hoy, obviamente, si vuelven a intentar fotografiarme los de la revista AKI, me lo pensaré muy mucho, o si no, por si acaso, les pediré que me dejen poner una cartela en la que rece qué carajo hago en ese lugar, no vaya a ser que utilicen la imagen para hablar de alguna invasión extraterrestre o alguna vaina semejante.
Seguidamente, pensé en el colectivo y en lo rastrero que se puede llegar a ser para suprimir a dos personas que han estado trabajando en el proyecto durante casi un año. Después de tener que intentar darle una explicación al hecho de que se nos entrevistase en el Periódico de Aragón y yo me enterase una vez publicado el artículo por el correo “eléctrico” de un amigo; de observar atónito como dos integrantes menospreciaban, en los últimos compases del Encuentro y ante uno de los participantes, al resto del colectivo; de, con total ingenuidad, pensar que la supresión de Vicky y de mi persona en las imágenes del Encuentro y sus preparativos aparecidas en el Facebook del colectivo se debía a una falta de edición (por tiempo) de aquellas; finalmente, la aparición del artículo en la revista AKI (del que tampoco sabía nada), ha asentado en mi cabeza que tantos hechos no eran casuales, sino que estaban más que premeditados.
Mi entrada en el colectivo fue por Vicky Méndiz. Se llevaba idea de sacar adelante un encuentro de fotografía y accedí, sin pensarlo, a poner todo mi empeño en poder materializarlo. Quien me conoce sabe que me esforcé en ello y que, incluso, suprimí una semana de mis vacaciones, en la que podía haber estado en cualquier sitio, para poder avanzar en el proyecto. A pesar de ello, tuve que escuchar perlas como: “Christian, te falta compromiso con el proyecto”, de alguien que acababa de llegar de estar un mes de vacaciones (sin quitarse ni un solo día), para reincorporase a la labora… ¡Mala vaina, señores/as! Y para rematar la faena, y haciendo alusión al artículo de la revista AKI, recuerdo perplejo como se me decía: “Christian, somos un colectivo. No todos, tenemos que estar en todos los proyectos. “X” no ha hecho nada en relación al Encuentro, pero ha estado ayudando en lo del Cuarto Asalto”. Y, sin embargo, allí, en esa pequeña reseña, “X” aparecía como organizador del encuentro. ¡Otra cosa que no me cuadraba! ¡Una más!
En ese punto, o quizás unos días antes, no lo recuerdo, en el local que habíamos cogido (nunca galería, repito, como se han empeñado en llamarlo), expuse mi decisión de abandonar el colectivo por dos razones: la primera, del todo personal hacia ciertas actitudes que yo no iba a tolerar. La segunda, porque aquella idea original de la asociación, esa de fomentar la fotografía y hacer cosicas por la sociedad y “bla, bla, bla”, se diluía en mentes cargadas de ambición que, poco a poco, iban dándole tintes más de empresa que de asociación. Ya ven, otra cosa que no me cuadraba. Vamos, que había visto las orejas al lobo y no me apetecía ver al lobo entero.
Por eso, al terminar esta entrada, y aunque parezca una contradicción, sólo puedo dar gracias a AKI, por abrirme los ojos del todo y hacer que deje de ser tan políticamente correcto en este tema. Gracias a ese maravilloso articulito publicado en tus páginas me has dado pie a escribir sobre un tema que, hasta el momento, había mantenido oculto por deferencia a aquellos con los que compartí un sueño. Gracias por confirmarme que no me equivoqué en mi decisión de marcharme (y repito, marcharme), del colectivo ZP(h)oto, porque:
EMPRESA ENCUBIERTA COMO ASOCIACIÓN = FRAUDE y CORRUPCIÓN
Que les vaya bonito…
5 comentarios:
En fin, ¿qué decirte?
sólo queda una: Siempre pa´lante compañero.
Salu2 Córneos.
si tuvieras vocación como fotógrafo y ganas de trabajar te huberas quedado pero está claro que tu no pegas palo al agua y encima a boicotear a los que se lo curran.yo estuve en Bodegas Almau y vi como permitías que se proyectase en un trozo de fondo de plastico doblado,eres un traidor..menuda jeta tienes Christian Losada
Estimado anónimo, voy a ir por partes:
Vocación de fotógrafo... pues no lo sé. Pero, bueno, ahora tengo dos exposiciones pendientes y, además, sigo haciendo mis trabajos. otra cosa es que no vaya alardeando de ello. Son cosas diferentes.
Se me acusa de no tener ganas de trabajar. Bien, he de recordar que tengo un trabajo de 30 horas a la semana que me da para vivir y, ahora, estoy de voluntario en dos Asociaciones. Y, en ningún sitio, me han dicho que no tenga ganas de trabajar.
Por otro lado, se me acusa de no dar palo al agua. No sólo las frase anterior tira por el suelo semejante afirmación, sino que todas las horas que empleé para el colectivo y el encuentro, superan con creces a las que metieron otras personas, a las que ni mucho menos se les tilda de semejante cosa. Puedo ir enumerando, pero necesitaría una extensísima entrada. De hecho, durante el encuentro, no pude asistir a ninguna de las cosas que se hicieron, precisamente porque estaba ayudando a que saliese adelante.
Bodegas Almau... permití que se proyectara en el único medio del que tenía conocimiento que había allí. Confié plenamente en la persona que iba a proyectar y, además, para mí, en ese momento no había otra posibilidad. Al día siguiente me enteré de la existencia de una pantalla de esas de pie que se podía poner sobre el escenario. Que le voy a hacer... Quizás, el error fue desde el inicio, eligiendo un lugar que no es el adecuado para realizar proyecciones. Vamos, que donde no hay mata, no hay patatas.
¿Traidor? ¿No traiciona aquel que da puñaladas por la espalda? ¿No serán traidores aquellos que, cuando aprecen publicaciones no avisan de su existencia? ¿No serán traidores aquellos que omiten, en todos lados, a personas que trabajaron para sacar adelante una cosa en la que creían? ¿No serán traidores aquellos que menosprecian a sus compañeros? Pues, fíjese, ese no es mi caso.
Se dirá que tengo jeta, quizás es porque sé lo que es una Asociación y lo que ello conlleva.
Gracias por su comentario, persona anónima.
Qué fallo tan raro, eliminar a dos personas que estuvieron organizando el encuentro desde el principio y qué han decidido irse del colectivo.
Se me ocurre qué la energía de una empresa nueva con ilusión y ganas de hacer cosas debería estar en ello y no en crear malosentendidos.
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