No hay mejor manera de pasar la vida que haciendo que haya momentos especiales.
El Viernes tocaba dura jornada laboral. Era el día que tenía lugar "San José en Movimiento" y, nosotros/as, los/as quillos/as de El Dado teníamos nuestro puestecito de realización de taller. La verdad es que acabé realmente cansado, no sólo por el porrón de niños/as que pasaron por nuestras mesas, sino por la faena de montar y desmontar el cotarro. No obstante, la suerte y la ilusión vinieron a mí cuando me acerqué al puesto de Comercio Solidario que estaba sito a nuestra vera. Tan sólo unos metros detrás de mí se encontraban las herramientas necesarias para poder llevar a cabo otra vez una de mis acciones favoritas: regalar cosicas porque sí.
Compré dos bolsas de pulseras y pensé: "Hoy es noche de presentes. A medida que vengan compinches al Calaveras, les regalaré una pulsera". Pero, una vez más, me adelanté. Ya en casa, empecé a repartir: Mariachi, Conchi y Lorena, eran las primeras en recibir. Con la felicidad en mi interior, marché al bar. Me tocaba trabajar solo, así que me esperaba trajín.
De repente, hizo acto de presencia la casualidad: Carmen y Paz entraban en el bar. En la esquina Baba, y por la barra, cuatro más. La alarma sonó en mi interior. Corrí alegre hasta el fondo, donde se sitúa el congelador. Abrí mi bolsito y saqué tres pulseras de su interior. Dos para mis quillas y la otra para Baba, para quien si no... Bueno, la sorpresa y la emoción que reflejaron, no sólo la cara, sino el abrazó que él me propinó, me llenó de ilusión. Ya tenía ese momento especial, así que mi acción había conseguido su finalidad. Pero, aún quedaban pulseras que regalar, presentes inesperados que poder entregar. Primero a Alba, luego a George; y el Sábado a Fany, a Arturo y, finalmente, al pequeño Pibe (sí, ese soy yo).
Para ellos/as las pulseras; para mí, otro saludo del Sol.
El Viernes tocaba dura jornada laboral. Era el día que tenía lugar "San José en Movimiento" y, nosotros/as, los/as quillos/as de El Dado teníamos nuestro puestecito de realización de taller. La verdad es que acabé realmente cansado, no sólo por el porrón de niños/as que pasaron por nuestras mesas, sino por la faena de montar y desmontar el cotarro. No obstante, la suerte y la ilusión vinieron a mí cuando me acerqué al puesto de Comercio Solidario que estaba sito a nuestra vera. Tan sólo unos metros detrás de mí se encontraban las herramientas necesarias para poder llevar a cabo otra vez una de mis acciones favoritas: regalar cosicas porque sí.
Compré dos bolsas de pulseras y pensé: "Hoy es noche de presentes. A medida que vengan compinches al Calaveras, les regalaré una pulsera". Pero, una vez más, me adelanté. Ya en casa, empecé a repartir: Mariachi, Conchi y Lorena, eran las primeras en recibir. Con la felicidad en mi interior, marché al bar. Me tocaba trabajar solo, así que me esperaba trajín.
De repente, hizo acto de presencia la casualidad: Carmen y Paz entraban en el bar. En la esquina Baba, y por la barra, cuatro más. La alarma sonó en mi interior. Corrí alegre hasta el fondo, donde se sitúa el congelador. Abrí mi bolsito y saqué tres pulseras de su interior. Dos para mis quillas y la otra para Baba, para quien si no... Bueno, la sorpresa y la emoción que reflejaron, no sólo la cara, sino el abrazó que él me propinó, me llenó de ilusión. Ya tenía ese momento especial, así que mi acción había conseguido su finalidad. Pero, aún quedaban pulseras que regalar, presentes inesperados que poder entregar. Primero a Alba, luego a George; y el Sábado a Fany, a Arturo y, finalmente, al pequeño Pibe (sí, ese soy yo).
Para ellos/as las pulseras; para mí, otro saludo del Sol.
1 comentario:
Qué pacha Piccolino Bambino!
Un millón de gracias por agregar Trashsistors a tus links. Tenemos una caña pendiente, así que a ver si sacamos un ratillo libre; esta semana voy de tarde y la que viene tengo fiesta, de modo que, cuando te vaya bien a ti que estás más liado, dame un toque y quedamos, que a este paso no nos vamos a conocer. Menos mal que por tu blog sé que estás bien, me alegro mucho. Un abrazo.
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