Ayer preparé una rica cena para "mis quillitas" de clase. Hacía tiempo que habíamos decidido que teníamos que faire algo juntos/as, así que un día pensé: cenica en mi hogar. Dicho y hecho. Ayer era la cita: Isita, Bea, Mapi, Laura y Viky, habían sido invitadas a degustar el fantástico cous cous que yo había preparado durante toda la tarde. Obviamente, Mariachi y Conchi (quien se olvidó de la cita y quedó con David, la muy perraquilla), estaban también invitadas.
El vinito y el postre lo trajeron las comensales. La cena, entre anécdotas y risas. Los platos, ricamente degustados. Y, de repente, una inesperada llamada. Era una quillita cuya voz denotaba angustia, cierto dolor, quizás hasta miedo, y que necesitaba hablar con alguien. Así que bajé a la calle y anduve con ella un ratillo, alejándome de casa, de mis invitadas (que quedaron en casa con Mariachi), de la cita que con tanto entusiasmo había preparado. Ella se desahogó y tras unos reconfortantes abrazos tuve que despedirme.
Volví a casa pensando que, una vez más, mis planes se iban al carajo. Obviamente, me sentía bien porque sabía que, en ese momento, hice lo que debía: apoyar a una persona en un momento duro; sin embargo, volvía a tener la sensación de que mis planes volvían a disiparse otra vez, alejándose irrisorios de mi voluntad. En esta ocasión, no era muy grave, ya que tan sólo se partía por la mitad una agradable y divertida velada que disfrutar con mis compinches de clase; pero, volvía a recordar que mis ciclos siempre están latentes...
Al despertarme tenía un mensaje en el celular. Finalizaba: "Eres 1 Sol". "Sí" pensé. "Lo malo es que tantos eclipses me están dejando sin luz..." Sol - fuego - rescoldao: pequeño diablillo de las hogueras al que aún le quedan fuerzas para dar mal. Ahora, mientras escribo, deseo que el eclipse nunca llegue a ser total.
¡Y en el cielo volando están mi locura y mi realidad!
Quieren saber dónde estoy...
¡vivo en la calle sin fin!
(voy guardando sentimientos en mi jardín)
¡Hay locos en todo el lugar!
y ninguno quiere perder
el saber haber tenido
y ya no tener.
La Vela Puerca: "Me pierdo"
El vinito y el postre lo trajeron las comensales. La cena, entre anécdotas y risas. Los platos, ricamente degustados. Y, de repente, una inesperada llamada. Era una quillita cuya voz denotaba angustia, cierto dolor, quizás hasta miedo, y que necesitaba hablar con alguien. Así que bajé a la calle y anduve con ella un ratillo, alejándome de casa, de mis invitadas (que quedaron en casa con Mariachi), de la cita que con tanto entusiasmo había preparado. Ella se desahogó y tras unos reconfortantes abrazos tuve que despedirme.
Volví a casa pensando que, una vez más, mis planes se iban al carajo. Obviamente, me sentía bien porque sabía que, en ese momento, hice lo que debía: apoyar a una persona en un momento duro; sin embargo, volvía a tener la sensación de que mis planes volvían a disiparse otra vez, alejándose irrisorios de mi voluntad. En esta ocasión, no era muy grave, ya que tan sólo se partía por la mitad una agradable y divertida velada que disfrutar con mis compinches de clase; pero, volvía a recordar que mis ciclos siempre están latentes...
Al despertarme tenía un mensaje en el celular. Finalizaba: "Eres 1 Sol". "Sí" pensé. "Lo malo es que tantos eclipses me están dejando sin luz..." Sol - fuego - rescoldao: pequeño diablillo de las hogueras al que aún le quedan fuerzas para dar mal. Ahora, mientras escribo, deseo que el eclipse nunca llegue a ser total.
¡Y en el cielo volando están mi locura y mi realidad!
Quieren saber dónde estoy...
¡vivo en la calle sin fin!
(voy guardando sentimientos en mi jardín)
¡Hay locos en todo el lugar!
y ninguno quiere perder
el saber haber tenido
y ya no tener.
La Vela Puerca: "Me pierdo"
1 comentario:
couscous... mmm delicioso!
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