Hoy era tarde de cinema. Ya estaba hablado y tan sólo esperaba la llamada de Belén para saber a qué hora y dónde quedábamos. Tras hablar con ella y Cuco, lo único claro era que quedábamos a las 19.30 en los Renoir. La película, ya lo decidiremos. Tras un rato de indecisión, la elección la tendrá una moneda. Salió “cara”, así que Cervantes nos indica que estaremos en la Sala 1.
Whisky Romeo Zulu es la matrícula de un avión que se estrelló en Argentina. La película está basada en hechos reales y, la verdad, es que está muy interesante. De hecho, hay momentos en que la tensión hace acto de presencia en el cuerpecillo. La historia central, que expone la investigación sobre la posible manipulación de datos y la precaria condición de los aviones de una empresa argentina (hecho que lleva al accidente del accidente del avión), se mezcla con una historia de amor, un amor (o más bien desamor), que se traslada desde la infancia al momento presente. Dos historias que, poco a poco, se van juntando, para pasar a formar parte de un mismo transcurso de acontecimientos.
Mientras transcurre la película, vuelves a percatarte de que, y da igual el ámbito, el dinero es lo que manda. Su supremacía es tal que está por encima de la vida del ser humano, está por encima de todo. Lo importante es ganar más y más platita, y lo que pase qué carajo importa. ¡Sin remordimientos, como debe ser!
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