Se aproximaba el fin de semana y yo tenía claro que Sallent estaba esperándome. Así que, mientras volvíamos de la travesía llamé a “Gazpacho” para saber cómo iba a subir. Mi coche estaba en el taller, así que la opción estaba entre él y Josepo. “Pues tengo el coche en el taller”, me salta al otro lado del aparato. Buf… no podía creerlo. “Bueno, luego llamo a ver si el mío está reparado y nos subimos con él”. Efectivamente, mi coche había salido bien de su arreglo y estaba disponible. Vuelvo a llamar a “Gazpa” un par de horas más tarde: “Tío, ya tengo coche, que lo he sacado del taller”, me suelta alegre. ¡Cojonutto! El Viernes a las 16.30, “Gazpachín”, Javi, Faty y yo partiríamos rumbo al Pantano de Lanuza.
Llegamos, montamos el súper Palacio-tienda de Gazpacho, mi tienda para Javi y Faty, y decidimos que empiece la juerga. Llevamos musiqueta, aunque al principio no hace falta: tenemos a un grupo rumbero pegando alaridos. Nos tomamos un yogurt, que procede de Turquía no de Grecia (homenaje a una lindísima quilla que va a dar clases de turco), y lo pasamos de miedo. Las risas se mezclan con los ronquidos de “Gazpachín” (creo que es el hombre más dormilón que conozco), quien sólo despierta para reír, y en un momento dado tenemos que comer como jabatos antes de marchar a dormir.
El día siguiente comienza como ya es costumbre: bañito en el Pantano. Por la tarde, llegan Cuco (quien lleva mi entradita para el concierto), Josepo (un oso libre) y Bea. Visita a Sallent, arroz con pollo y vuelta otra vez. Ya es la hora del concierto. Cuco y yo vamos para allá. Se supone que al resto lo veremos en la Carpa Dance.
Llegamos y, sobre el escenario, está Oumou Sangare, imponente ella. La verdad es que su música invita al baile y, además, se aprecia que lleva una fuerte lucha por los derechos de la mujer, pues realiza varios comentarios entre canción y canción. Bailamos, aplaudimos, refrescamos nuestras gargantas… Y llega el turno de Toumani Diabaté, “el rey de la kora”, jejejeje. El concierto es bueno, pero ralla demasiado; es decir, cuando tocan todos juntos el baile está asegurado, mas se pierden en numerosos e incansables solos que parten el desarrollo del espectáculo musical. Habría sido mil veces mejor si no se hubieran dedicado a mostrar una y otra vez lo virtuosos que son con sus instrumentos. Aún así, conciertito de lujo, lo aseguro.
“Gazpacho”, Javi y Faty, al final no irán a la Carpa Dance, y Josepo y Bea se han ido hasta Sallent en un arrebato de ¿locura? Así que nos quedamos Cuco y yo bailando. Por fin llegan nuestros compinches caminantes y al rato, Cuquito marcha a dormir. La fortuna hace que nos encontremos de nuevo con mi mallorquina favorita ¡esa Neus! Así que pasamos toda la noche con esta quilla linda y su compinche, hasta que Josepo y Bea deciden ir a dormir. Termina la música, ya sólo queda la rave y yo no pienso acudir. “Buenas noches, quillita, nos vemos por Zaraguaya”
El bañito dominical se alarga: los colchones en el agua son una delicia. La comida es muy informal y el café nos despedirá. Regreso con los osos, con más tranquilidad. Javi, “Gazpa”, Cuco y Faty, marchan ya. Pirineos Sur cerraba una nueva edición llena de locura y diversión. Tres fines de semana y tres grupos de gente diferente. Tres fines de semana y gente diferente con quien bailar en la carpa.
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