Cumpleaños
Bueno, bueno, mi cumpleaños fue genial. Podría decir que comenzó la celebración nada más empezar el Jueves a las 12 de la noche, puesto que no sólo iniciaba mi día cumpleañero, sino que además dejaba el Ginos (era mi último día de camarero descerebrado), y había que darse un homenaje. Gabriel, Chakir y yo nos convertimos en los más crápulas de la noche, jejejeje. Bueno, que Daniela y sus compinches (con quienes nos encontramos a altas horas de la madrugada), tampoco se quedaron atrás…
El despertar no fue nada mal. El Sol derritiendo mi cerebelo, hilando mis ojos, achaparrando mi cuerpo. Mensaje de Bea, de Cuco, llamada de Sergi… Así da gusto empezar el cumpleaños. Llego a casita, la ducha de rigor y… comida en casa de la mía mamma. Daniela ha preparado tiramisú; mi madre, a cambio, paella. Papeo, regalicos y risas, muchas risas. ¡Parece que promete!
He de ir al Ginos a por la ropa y despedirme de mis compañeros/as. Llevo un día tan liado que, en esta ocasión, no puedo marchar a la manifestación. Regalito de Paola y postre improvisado de Alvarito (manzana, caramelo, nata y salsita de frambuesa), con motivo de “mi día especial”. Allí no hay cobertura ¡Merde! Mensaje en el buzón de voz de mi primo, mi tía… ¡Esa pedazo familia que está allá! ¡Ay! La emoción me llena por dentro… Oír sus voces, sentir su cariño, saber que están allí, al otro lado del océano… ¡Brutal! Gracias familia querida.
¡Vir y Belén! Me encuentro a Ana. Runa se ha perdido, hay que buscarla. Doy rulos con la bici, no veo nada. No puede ser, mi cumple no puede acabar así. Hay que encontrar a esta perrilla loca; pero, na’ yo no la veo. He de ir a casa, dejar la bici, coger las cosas para abrir el bar… y mi cabeza pensando en Ana, en la esperada llamada de que ha encontrado a la perra.
Está todo preparado en el Calaveras para que la gente baile ¡Hay que seguir con el festival!
Día de descanso, de recuperación festivalera. Mas la noche vuelve a llamar a mi puerta. Es Viernes y, como no, he de abrir el Calaveritas. Primero, cenita en
Sábado: Zaragoza Ciudad
Es de mañanita. He madrugado para poner el Calaveritas en orden. De camino a casa, me encuentro con Luisito: ¡Ala, un cafelillo rumbero! La terracita del Entalto no está llena, así que nos sentamos. Al lado nuestro dos quillitas bien majetas que se ríen (como nosotros), de dos perros locos que están destrozando un cartón. – “¿Vosotras sois del norte, no?” – Preguntan de la mesa de al lado –“Sí” – “Ya, se nota porque habláis en noruego…” Jajajaja. ¡Brutal! No sé qué me comenta una de las quillitas, pero nos reímos…
Después de estar un ratillo con el mío pappa, mis brothers, Carmen, Sylvia y súper Diego, marcho para el Príncipe Felipe. Afortunadamente, me encuentro a Ana, que me dice que hay que coger billetito para el autobús. Así que, junto a ella, voy a la ventanilla y después al autobús. De camino, policía haciendo registros. ¡No jodas! Tíos, que es un concierto ¡gonorrea! No sé, no lo veo lógico. Es un festival de Rap, ¡cojone!, no hagáis la chasta, que sólo es un poco de fumeteo y, además, ¡para ir de concierto! Grrrrr.
Zaragoza Ciudad. Allá está Javi joven esperándome. Llego y damos un rulo. Los conciertos se van sucediendo. Huellas de barro suena muy bien. “Me siento rapero”, exclamo como un chalado. Vemos los graffiti, escuchamos ragga donde Davo, hacemos compinches… De repente, atisbo a las quillitas de la mañana, allá, arriba en las gradas. Le cuento la historia matinal a Javi, así que éste, ni corto ni perezoso, se marcha arriba con ellas. Yo, mientras, bailo abajo. Acaba el concierto y el muy pendejo que sigue de palique. Pues habrá que subir… “Hola, noruegas” Jejejeje, esta vaina empieza con risas. A mí, lo de estar sentado como que no me mola. Me levanto y bailo, puesto que no molesto a nadie. Ellas me siguen, y Javi también. Ahí estamos los cuatro, arriba del todo bailando… Ya se sabe, el que no baila muere. Causalidades de la vida (no recuerdo cómo fue la conversación, pero era de conciertos), estas quillas de Vitoria conocen a Ana (sí, la de antes, que es la misma que la de Beenie Man, Bisecas, Panteón Rococó…), quien, por cierto, estaría bailando entre el público en esos momentos. No, si lo de que el mundo es un pañuelo está más que claro… El cabeza de cartel, Wu-Tang Clan ¡brutal!, El Sr. Rojo, muy bueno, al igual que Xhelazz Y, para finalizar (al menos para nosotros dos), Violadores del Verso, que me sorprendieron gratamente. Realmente buenos estos quillos en el escenario, sí, sí...
Domingo, día de recuperación de un fin de semana tan largo y repleto de citas
No hay comentarios:
Publicar un comentario