miércoles, 2 de mayo de 2007

Viñarock 2007

Después del accidentado viaje a Teruel, esperaba que los astros no me deparasen unas nuevas desventuras durante, al menos, unos días. Mas, otra vez (y como es costumbre), mi esperada premonición se fue al garete. Y es que el Viñarock fue un poco accidentado.

Sábado al mediodía, para ser más concreto las dos de la tarde. Llega Josepo con Bea y me explica el plan: Iremos a Sagunto a recoger a Diego, quien se traslada allá desde Gandía. Bien, bien, la cosa pinta bien. Así que decidimos parar en Cariñena, en Bodegas Morte, para comprar un par de botellas de Toro de Ronda, Crianza de 2001, por tan sólo 1,65 €. Chicos/as, ¡hay que celebrar que vamos hacia Benicassim!



Botellas del vino Toro de Ronda

En el coche, las Ámbar Green (cervezas sin alcohol, para quien no lo sepa), nos van quitando la sed. Creo que vamos bien equipados. Pero, aún faltan más cosas: la comida de ese día, hielos, coca-cola, galletitas, etc. Así que paramos en Teruel, en el Sabeco, y entramos a comprar. Teruel, tan cercano todavía que la historieta nos divierte de lo lindo, sobre todo a Josepo que se parte la caja cada vez que la cuento, tanto que me pide que narre mi accidentado viaje varias veces en estos dos días.


Ambar Green, cervecita sin alcohol para viajar mejor

Empiezan las desavenencias. Diego nos informa de que no llegará a Sagunto hasta las siete de la tarde, así que eso nos hará llegar a Benicassim como pronto a las 7.30. Pues nada, pensamos que será mejor ir a por él a Valencia y así ganar tiempo. ¡Ay, ay, ay! ¡Ingenuos! Nuestra jugada lo único que hace es que el pobre Josepo tenga que conducir más horas: pasamos por Sagunto justo a las siete.

Curioso cartel en Teruel

Benicassim está a reventar. Coches y gente por todos lados. Encontramos un sitio guachis para aparcar y apenas llueve. Parece ser que la suerte se había puesto de nuestra parte. La tienda, la montaremos cuando regresemos de los conciertitos. El recinto ya está cerca y se pone a llover… cada vez más. La entrada, un caos, y no para de llover. Hasta tres puestos de vigilancia tenemos que pasar.

Mi entrada del Viñarock. Quedó destrozadita después del diluvio del Sábado

En el primero de ellos nos cortan la entrada y nos dicen que nos pondrán la pulsera dentro. Pues no, al llegar al tercer control nos comentan que no podemos pasar, que no llevamos pulsera y que la entrada está cortada. Así no se puede pasar… Buf, ya empezamos.



¡Esa pulsera rumbera!

Así que con la lluvia, el caos del gentío y toda la confusión regresamos con el auxiliar de seguridad hasta el primer puesto de vigilancia. Nos reconoce y afirma que fue él quien cortó la entrada. ¡Bien! Ya tenemos pulsera y sólo hemos perdido un porrón de tiempo. Vamos a refugiarnos, estamos calados ¿Refugiarnos? Ah, no, no… está tocando Canteca de Macao. Quedo con mis compinches en unas taquillas que habíamos visualizado en cuanto termine el concierto.

Con la mirada perdía en esos ojos de cuencas vacías,
se me notan las costillas, debo vivir el día a día.

Y tú preocupao por cómo adelgazar,
pensando todo el día en esos kilitos de más.
Siéntate un ratito y ponte a pensar
en cómo viven y mueren los demás.

Pa’ poder vivir debo arriesgarme a morir,
aún me queda la esperanza de poder salir de aquí.

Navegan mis ilusiones en un frío mar añil,
escapar de la pobreza, ¡Por fin, por fin, por fin!

Y si merece la pena ¡ay! cruzar en una patera
que va a naufragar antes de llegar a Gibraltar.
Me asusta la pobreza, vete de aquí.
Nos quitas el trabajo y nos traes de fumar,
educamos a tus hijos pa que roben el pan,
el día de mañana nos vas a gobernar.

Y apaga el televisor y todo vuelve a ser real,
las cosas que has visto se te van a olvidar:
guerras, hambre y precariedad…
¡Calla tu conciencia y déjate llevar!…

Entonces se apagan todas las luces del barrio
y la gente duerme y no piensa
en los que pierden su vida a diario.

Con la mirada perdía en esos ojos de cuencas vacías,
se me notan las costillas, debo vivir el día a día.

Estoy calado hasta las orejas, sigue lloviendo, tengo frío, el suelo está anegado... pero es Canteca de Macao. Y bailo, bailo, bailo, hasta que llega Alternativa libertaria, cuando se cae el pabellón. Es la locura, la danza es embriagadora y estamos todos/as en éxtasis. ¡Y se fue la luz! No podía ser, no podía irse la luz en el concierto que más deseaba ver, y menos en esta canción. Pues sí, pues sí, ahí marchaban parte de mis ilusiones…

No están en las taquillas. Pues les llamo. “Estamos en la zona de comida. En Burguer ¿?, al lado de un autobús verde” Diluvia, no para… Y no los encuentro. Llamo de nuevo. Quedamos en el autobús mismo, pues lo veo delante, entre la masa de gente. Llego, no los veo. Mi móvil no funciona, los botones no rulan. No puede ser, no puede ser, no puede estar pasándome esto a mí. Me llama Diego, mi salvación pienso. Sin embargo, aprieto “responder”, pero no funciona. Veo su número en mi pantalla y la impotencia de no poder hablar con él se me apodera. Y sigue lloviendo… y me meto debajo del chaparrón casi, casi, desesperado. ¡Por fin! Allí están, delante de mí. ¡Es genial!

Hace frío, estamos totalmente mojados. Decisión: Nos vamos a Gandía de marcha y así dormimos en casa de Diego, calentitos. Sí. Hay unanimidad. Vamos hacia el coche. El primer charco, en la zona de la salida del recinto, justo antes de llegar a la pasarela. Tan sólo cubre por encima de los tobillos. Bueno, que más da, ya estamos calados. El segundo, de camino al car. Éste es mejor, casi me llega a las rodillas. Nos secamos, nos cambiamos y nos dirigimos a Gandía.

Diego comenta que es mejor que pasemos por Valencia, que a esas horas no habrá casi tráfico y se gana tiempo. Así que, en lugar de hacer la circunvalación, os adentramos en la capital. Uy, uy, uy… Mestalla tiene luces. ¡Ahí le tempos dado! La hemos chingado pero bien… ha habido partido de fútbol. Vamos, que coincidimos de pleno con la salida del partido del Valencia contra el Recreativo de Huelva. Así que, na’, sólo un poquito de caos y circulación. Hemos vuelto a acertar, no cabe duda, jajajaja.

Alrededores de Mestalla: Habían Jugado Valencia y El Recre

Decidimos que nos merecemos una súper juerga del carajo. Y he de confesar que nos la pegamos: salimos de la discoteca Coco-loco de día, frente a la playa, ya muy pasado el amanecer después de bailar bakala como locos. Antes, estuvimos en el Rockadelic, un bar que me gustó mucho, pero del que quitaron la música demasiado pronto para nuestro gusto. La imagen extraña: Yo tuve que salir en chanclas (no hay nada peor para una discoteca llena de gente y de cristales), y Josepo con botas de montaña ¡Vaya contraste! Diego puede usar calzado normal. Al menos hay uno que, en sus pies, no desentona. Josepo y yo vemos por primera vez los “Pases de Favor”, para entrar gratis en ciertas discotecas. Nos quedamos asombrados por el nombre: ¿Te hacen el favor de que pases? Obviamente, nosotros no pudimos disfrutar de la ventaja de entrar gratis a ningún lado.

Entradas de favor... ¡Por favor!

Nos despertamos tarde, así que, entre que comemos y vamos a la búsqueda de un sitio para comprar chubasqueros, salimos a las cinco pasadas. Ana me ha comentado que se suspendieron los conciertos del Sábado a partir de las once más o menos, así que no nos perdimos nada… Al menos, había presenciado cinco canciones de Canteca de Macao. Algo es algo. Llegamos a Benicassim más tarde que el Sábado y aparcamos en el mismo punto casi. Ya empezamos… está sonando Macaco mientras montamos la tienda. ¡Joder! No llueve, menos mal… ni lloverá en toda la noche. Si lo llegamos a saber no perdemos tiempo buscando los malditos chubasqueros. Pero ya se sabe, es la ley de Murphy: si no los compramos, habría caído de nuevo el diluvio. Da igual. Grito “¡Hoy sí, hoy sí!” Y entramos al recinto. Suena Sociedad Alcoholika, así que vamos directamente a la zona del escenario Matarile. Conciertos, bailes, barro… y llega el turno de Fermín Muguruza. El escenario República bombea, y los ritmos reggae y ska penetran con fiereza en nuestros oídos. Sin duda (si quitamos a Canteca de Macao), el mejor concierto de todos. ¡Butal!

Besos y abrazos con: quillita que no recuerdo su nombre, Alejandra (¡esa quilla linda!), una quillita de clase, Txupez, Vanessa (también de clase), Sandra (mi chica sonriente), una quillita de la escuela que viene a veces al Calaveras, el compinche de Arantxa, la amiga de Raquel y Jesús, Yoel (el quillo compinche de Cristina), otra quillita de clase súper maja (joder lo mío con los nombres no tiene remedio)… así hasta a trece personas. A Josepo y Diego, flipaditos los tenía. Los pipís en la tapia habilitada para ello. Lo más asombroso es que mientras meabas, al lado una quilla se acuclillaba para realizar los mismos menesteres. Sin pudor, sin vergüenza, sin ningún miramiento: no existe diferencia entre quillos y quillas, sólo personas que quieren disfrutar al máximo y no perder nada de tiempo.

El baile en el barro relaja que te cagas. De verdad, como hay que danzar lento, relaja un porrón. Josepo y yo, de vez en cuando, marchamos al barro a bailar. Uno, porque no hay nadie y se está tranquilo; dos, porque relaja y está guachis. Es blandito, pringoso, moja un poco… casi, casi, apetecía caerse, jejejeje.

Ojos de Brujo me aburrieron (con este último disco el directo no es lo suyo, demasiado repetitivo su espectáculo). Pata negra me parecieron geniales. En Reincidentes y Boikot, muy buen ambiente. Skalariak me pareció bestial en directo, una descarga feroz de bailoteo loco. Y, para finalizar, Los Delinqüentes, divertidos como siempre, pero a los cuales acababa de ver hace bien poco en Zaragoza (se puede recordar ese momento de juerga con ellos en el Calaveras y Diablillos). Las 5.30, hemos de marchar a dormir, que hay que madrugar. La tienda nos espera con sus colchoncitos hinchados. ¡Qué descanso! Dormimos como lirones, lo aseguro.

Es Lunes y tengo que currar. Al día siguiente, hoy, comienzo quince días de vacaciones. C’est à dire, tengo que regresar a Zaragoza sólo para trabajar un día, sabiendo que Josepo permanecerá con Diego en Gandía hasta el Miércoles. ¡No me jodas! Mais, c’est la vie, ma vie… No vi a quienes quería: G-5, El Bicho, Macaco, La Troba Kung-Fu, Kalima, presenciar bien Canteca de Macaco, era ya tan sólo una mala vaina. Me lo pasé en grande, disfruté como un enano, bailé como pocos… pero, merde, regresé con la sensación de que me había perdido algo: ver a mis grupos favoritos del festival.

Mis ramoneros, destrozados, quedaron en Benicassim; las zapas de Josepo, también. Y el Sol, el Sol también se quedó allá, pues salía bien hermoso el día que me iba para llegar a Zaragoza debajo de una inmensa lluvia. El móvil, todavía permanece empañado en su interior y alguna tecla persiste en su disfunción.


Mis ramoneros y las zapas de Josepo. Se puede observar el barro (poco se ve la verdad) y las rajas y agujeros... ¡Bestial!


Pues sí, este fue mi Viñarock, una nueva muestra de que tengo una buenísima suerte. En el próximo viaje, más…

Besos

2 comentarios:

Javier López Clemente dijo...

Te faltó Manu Chao y la Mala.

La Trova Kung-Fu el 17 de mayo en la sala reset.

Salu2 cumbiacheros.

closada dijo...

¡Ay quillo! No se me olvidan, mas eran el Viernes y yo no viajé hasta el Sábado, con lo cual era imposible verlos. Además, el hecho de tener que trabajar ese día es añadir más penuria a este viaje, jejejeje.

Sí, en la Reset toca rumbear de lo lindo esa fecha ¡Yiiiihaaaa!

Saludos kung-fuleros