Salimos de Zamora a las 8 de la mañanita. Al caminar con Sergio, el trayecto es más ameno. No obstante, el itinerario transcurre por horrendas pistas, y mis pies con "pichorrillos para las ampollas" me siguen haciendo daño.
La etapa es corta, así que, llegamos pronto a Montamarta. Nos duchamos y... ¡conocemos a "Marcial"! Sí, es igualico, incluso al hablar, que el de Muchachada Nui. Pienso, en ese momento, que sin duda se inspiraron en él.
Compramos, comemos, echamos la siesta y vamos al bar del pueblo. Al regresar, un dominó en la mesa comedor del albergue. Se nos unen "El sevillano" y "El polaco" (ese hombre que por acento me había parecido francés), así que jugamos a parejas. Sinceramente: les vapuleamos.
La noche es tremenda. Acá viene la "Noche de Miedo":
Me despierta el sonido de la puerta del albergue y, seguidamente, el de nuestra habitación. Miro el reloj: las 00.30 horas. Todo está a oscuras y me entra el miedo. "Alguien viene a robar", pienso. Pero, no se oye nada, excepto como si alguien golpease el muro con una pelota de baloncesto. Además, no paro de oír un saco de dormir con un una continua fricción y, de vez en cuando, como si Sergio se riese. Mis pensamientos, dentro del pánico, van cambiando:
- Han venido a robar.
- Es una tormenta extraña.
- Un espíritu del albergue.
- Alguien que ha venido y le excita masturbarse sabiendo que hay peregrinos
- "El Sevillano" es sonámbulo.
- Que Sergio ríe en sueño mientras una de estas cosas sucede...
Afortunadamente, cuando estaba más calmado pude dormir.
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