En el desayuno, le pregunto a Sergio qué carajo había pasado por la noche. Se echa a reír totalmente "encanado". - "luego te cuento..."
Echamos a caminar y me cuenta su versión de los hechos: A "El Polaco" le dan espasmos (de ahí el sonido de "la pelota de baloncesto golpeando el muro), por lo que "El Sevillano" sale del albergue a mirar qué pasa. Como no ve nada, vuelve a entrar a la habitación y se acuesta.
Obviamente, yo me perdí la salida previa de "El Sevillano". Por eso, Sergio reía mientras yo temblaba de miedito...
El camino es más bonito que en días anteriores, aunque las vueltas que se dan al llegar al Embalse de Ricobayo son horribles. Además, la última recta, cuesta y, seguidamente, divisando el pueblo desde la lejanía, se hace eterna.
Este día comemos de menú: macarrones y huevos con patatas fritas y bacon. Comemos los cuatro juntos y resulta que "El Sevillano", es Canario ¡No jodas! Como es natural, a partir de este momento pasará a ser "El Canario".
Dormimos la siesta y después visitamos el Centro de Interpretación del Císter. Sentados en la sombra, volvemos a juntarnos los cuatro. Nos hacemos las foticos de rigor. Al día siguiente nuestros caminos se desvían (ellos van hacia Ourense).
Pequeño Pibe, Lucho, Sergio, "El Canario" (antiguo "El Sevillano") y "El Polaco" con acento francés... ¡Vaya panda!
Llevo mejor los pies.
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