De nuevo el agua forma parte de mis actividades deportivas. Después del parón, con el cierre de las piscinas en Junio, hace una semanita retomé, con la compañía de Cuco, mi deseada sesión de nadador loco. Pero, nada hacía presagiar la nueva modalidad que iba a probar en tan solo unos días.
Marchamos a Caspe Cuquito, Carmeneta, Martix y servidor. La idea era pasar allá la noche del Viernes y, al día siguiente, hacer piragüismo en el Mar de Aragón. ¡Vaya! El plan tenía muy buena pinta. Así que nos fuimos para allá con ganas la ilusión y las ganas de quienes saben que van a pasárselo bien. Además, el granizado de limón natural nocturno llevaría consigo un nuevo integrante para nuestra "aventura" matinal: Matu.
Llegamos a una hora prudente de la mañana al Camping Lake Caspe. Alquilamos tres kayaks: Cuco, Matu y Carmeneta, Martica y yo. Y nos pusimos a remar... ¡Buah, fue genial! Al principio con torpeza y, luego, con más coordinación, fuimos deslizándonos sobre las aguas del inmenso pantano que, a esas horas, apenas tenía olas. Descansamos en un fragmento de sus costas interiores, a modo de playa, donde nos echamos un bañito. Regresamos al punto de salida con menos esfuerzo, por las corrientes y por nuestra mayor coordinación. Para cerrar la mañana, y como es sabido, la finalización de un deporte ha de ir acompañado de una cervecita fresca y un bocado, sea olivitas, patatas fritas o una deliciosa tapita.
Y mañana... ¡a nadar otra vez!
1 comentario:
jaja, tremenda foto!!
abrazos, amigo
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