Todo empezó de la manera más tonta. El Señor Joven me dijo que había una carrera popular en bici en los alrededores de su pueblo y que podíamos apuntarnos. Pues claro que sí, pensé yo. Típica carrera popular en la que sale mucha gente junta, se lo pasa bien y, para finalizar, una comidica bajo una carpa llena de gente... El fin de semana prometía.
Mas, poco a poco, esta idea se iba diluyendo. Ya, con la cabeza totalmente fija en citado evento, empecé a indagar un poquito más. Enseguida, descubrí que se trataba de una carrera de orientación, con lo que eso de salir mucha gente en tropel no iba a suceder. En cambio, se trataba de una carrera contra el cronómetro en la que cada persona sale individualmente a buscar unos puntos de control. ¡Huy, huy, huy! Dónde carajo nos estábamos metiendo...
Así, llegamos a la noche en que decidimos inscribirnos. Afortunadamente, existía la categoría "popular mixta" en parejas, con lo que Marta y yo nos inscribimos como equipo. Había que ponerse un nombre: Los Cerdiélagos. Sí, ese era el elegido para la gloria. Nuestro objetivo: terminar la carrera con todos los punticos encontrados y pasarlo bien. Obviamente, el tiempo que nos costara, sería secundario.
Llegamos a Villalengua a la hora de cenar. Preparamos las brasas, comimos y tomamos el orujico de hierbas en el casino viendo, del partido Real Madrid - Barça, la segunda mitad.
Amanecimos temprano. Había que tener a punto las bicicletas. Boogaloo, que había marchado sin parrilla, recibía los últimos retoques: hinchado de ruedas, revisión de los cambios, elaboración casera de un porta mapas... Todo tenía que estar en orden antes de las 10:02, hora de nuestra salida.
Llegamos a Villalengua a la hora de cenar. Preparamos las brasas, comimos y tomamos el orujico de hierbas en el casino viendo, del partido Real Madrid - Barça, la segunda mitad.
Amanecimos temprano. Había que tener a punto las bicicletas. Boogaloo, que había marchado sin parrilla, recibía los últimos retoques: hinchado de ruedas, revisión de los cambios, elaboración casera de un porta mapas... Todo tenía que estar en orden antes de las 10:02, hora de nuestra salida.
Los Cerdiélagos pedalearon sin descanso, aunque a veces las piernas ya ni respondían. Buscaron puntos de control que, por momentos, se hacían inencontrables. Se dieron ánimos y se sonreían. Conocieron compañeras de carrera con las que coincidieron en varios momentos. Y, después del esfuerzo, llegaron juntos a la meta con la satisfacción de haber terminado. Era su primera carrera en estas lides y, claro que sí, lo habían logrado.
La duchica, la comidica en el pabellón y la siesta, fueron indispensables para reponer fuerzas antes de regresar a Zaragoza. Sin duda, fue una jornada en la que disfrutamos de lo lindo y que (ya lo pensábamos mientras corríamos), habrá que repetir.
3 comentarios:
Pues tiene mucho mérito, pareja, vamos, yo os admiro. Tal y como me oriento yo, a saber dónde habría acabado... Lo mejor sin duda, esas brasas de las que hablas y, obviamente, la ducha después del palizón. Bueno deportistas, besicos y a ver si nos vemos pronto. Felices días de fiesta, si es que no trabajáis, como yo... snif, snif.
Sí, binguero...yo no sé todavía cómo lo pude hacer...Un besico muy fuerte para tí también!
Buf, binguero, Marta tiene toda la razón... Yo creo que sacamos fuerzas de dónde no las había. Pero, bueno, tenemos ganas de repetir, así que las ganas pueden más que la dureza de la prueba ¡Oe oe oe!
Pues sí, a ver si quedamos algún día de estos, sea de conciertico, sea pa' echar algo.
Besicos
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