jueves, 12 de junio de 2014

Kid Congo and The Pink Monkey Birds en Wah Wah Club


El Martes tuve la suerte de presenciar el concierto de Kid Congo and The Pink Monkey Birds en el Wah Wah Club. A pesar de que, en la entrada marcaba a las 22.00 horas, no empezaría hasta las 23.00, algo ya previsible y que debe de ser la tónica en estos lares... Es algo que habrá que averiguar.

Pedí una cerveza y me situé cerca del escenario, esperando con ganas que saliera la banda. A los pocos minutos, subieron al escenario y empezaron a tocar. Supe, entonces, que este concierto sería como una bomba de relojería. Un preciso mecanismo que, en algún momento de la noche, va a estallar cuya onda expansiva alcanzará a absolutamente toda la sala sin ningún tipo de concesión.

Así fue. Comenzaron con los sonidos más fantasmales, más cercanos a la psicodelia, envolviendo al personal en un ambiente que atrapa y que, sin lugar a dudas, está con ganas de recibir más. Poco a poco, el sonido más garagero, más rockero, alimentado de esa mágica densidad del fuzz, fue invadiendo la sala, hasta alcanzar ese ritmo frenético que lleva al personal a entrar, incluso sin quererlo, en el baile de San Vito. Allá, había explotado la bomba y no había manera de parar sus perniciosos efectos de júbilo y desenfreno bailongo.

Sólo la despedida, pareció volvernos a la realidad. Mas, poco tardaron en volver al escenario y ofrecernos los bises, amplificando, todavía más si es que se puede, el impacto sonoro que estábamos recibiendo a través de una nueva arma que guardaban en la recámara: un LSDC de potencia abrumadora que parecía cerrar el concierto. Afortunadamente, volvieron a salir y nos ofrecieron otros dos temas que, sin embargo, aún dejaron con ganas de más...

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